Si hay al menos un canadiense que probablemente estará contento con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, ese es Pierre Poilievre: corre el riesgo de beneficiarse enormemente de ello.
El mismo día de las elecciones estadounidenses, Poilievre se presentó ante las cámaras para proclamar que iba a exigir que Estados Unidos devolviera el dinero que nos robaron con sus aranceles sobre la madera blanda.
Parecía desconectado, pero tal vez en el fondo era tan astuto como un zorro… Obviamente había calculado su movimiento, aunque en gran medida se perdió en el caos de este día de elecciones estadounidenses.
¿A qué jugaba Poilievre? Se estaba distanciando de Justin Trudeau.
Trudeau tiene miedo, mucho miedo, del regreso de Trump.
Poilievre intenta demostrar que no tiene miedo.
Trudeau en una posición débil
El presidente electo acabó hablando con Justin Trudeau al día siguiente de su victoria, pero sólo después de hablar con una docena de jefes de gobierno más.
Biden habló primero con Trudeau, como es tradición.
Poilievre sabe que los liberales intentarán convencer a los canadienses de que Trudeau puede hacer frente mejor al comportamiento abusivo y dominante de Trump.
Poilievre intenta posicionarse como un hombre fuerte que, además, pertenece a la misma familia neoconservadora que el “matón” estadounidense.
Pero hay una cuestión clave en la que las afirmaciones de Poilievre se pondrán a prueba y es la gestión del suministro.
La gestión de suministros en peligro
La “gestión de la oferta” es un sistema que protege a miles de productores agrícolas locales garantizándoles un precio justo.
Aquí son las familias, no los conglomerados estadounidenses, las propietarias de nuestras granjas.
Este sistema, que protege el precio pagado a nuestros productores de leche, huevos y pollo, es todo lo contrario del ideal de libre mercado defendido por Trump.
La gestión de la oferta inevitablemente estará sobre la mesa cuando Trump comience a renegociar nuestro acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y México.
Dos pájaros de un tiro por el Bloque
La maniobra del Bloc Québécois para forzar la adopción de una ley que proteja la gestión del suministro llega en el momento adecuado.
El martes, el embajador estadounidense, David Cohen, compareció ante el Senado en Ottawa y aconsejó a los canadienses que no decidieran de antemano que es absolutamente necesario proteger la gestión de los suministros.
Si Trudeau renuncia a la gestión de la oferta, se quedará atrás en muchas regiones agrícolas, especialmente en Quebec.
Poilievre, cuya base política está en el oeste de Canadá, no dudará ni un segundo en abandonar la gestión de la oferta si su mantenimiento corre el riesgo de perjudicar a los productores de carne vacuna.
Aquí es donde la maniobra del Bloque encuentra todo su significado.
El Bloque pondrá en riesgo a los conservadores en regiones donde esperan lograr avances, al tiempo que obligará a Trudeau a participar en negociaciones que prometen ser difíciles.
Trudeau y Poilievre se verán muy afectados si votan en contra del proyecto de ley del Bloque una vez que salga del Senado.
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