El mundo del automóvil definitivamente irá mal a finales de 2024. Después del gigante alemán Volkswagen, su homólogo japonés Nissan recortará plantilla. En total, la firma pretende recortar 9.000 puestos.
Nissan recortará su plantilla
Nissan, un fabricante de automóviles de renombre mundial, se enfrenta a importantes desafíos económicos. Ante una importante caída de las ventas, la empresa tomó la decisión de eliminar 9.000 puestos de trabajo en todo el mundo. Esto representa, así, casi el 7% de sus 130.000 empleados. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia destinada a reducir sus capacidades de producción global en un 20%.
Desde hace varios años, el sector del automóvil vive una disrupción, entre el auge de las tecnologías eléctricas, la presión ambiental y las fluctuaciones del mercado. Nissan no es una excepción a estas realidades. El fabricante registró una marcada caída en las ventas, particularmente en sus mercados clave. Esta situación obliga a la compañía a revisar sus objetivos financieros, reduciendo significativamente sus previsiones de facturación y beneficio operativo para el ejercicio 2024.
En respuesta a esta difícil situación, el grupo japonés ha tomado medidas urgentes. Nissan no es el único fabricante afectado por esta ola de racionalización de la fuerza laboral. Por ejemplo, Volkswagen, otro gran actor del sector, acaba de anunciar un masivo plan de recorte de empleos y el cierre de tres fábricas en Alemaniacomo parte de su propia estrategia de reducción de costes. Estos movimientos son parte de una tendencia general de reestructuración en la industria del automóvil, que busca adaptarse a un mercado que cambia rápidamente.
Impacto en los empleados y la producción.
La eliminación de 9.000 puestos de trabajo en Nissan representa un paso significativo en su estrategia de recuperación. El plan tiene como objetivo hacer que la empresa sea más ágil reduciendo sus costos operativos. Sin embargo, La reducción del 20% en la capacidad de producción sugiere efectos colaterales, particularmente en las cadenas de suministro y los socios locales en los países afectados.
El impacto humano es considerable y, aunque Nissan aún no ha publicado detalles precisos sobre las regiones y fábricas afectadas, la preocupación es palpable entre los empleados. Esta reestructuración llega en un momento crítico, cuando el fabricante también intenta posicionarse en la transición hacia los vehículos eléctricos y las nuevas tecnologías de conducción autónoma.
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