La filatelia sigue siendo una pasión para muchos belgas, aunque algunos creen que esta afición está empezando a desaparecer poco a poco. Sin embargo, los sellos siguen siendo muy raros y muy caros. Uno de ellos fue adquirido recientemente por 4,4 millones de dólares.
Jacky, residente en Hasselt, es un filatelista apasionado que pretendía completar su colección personal. Como explica Het Belang van Limburg, compró sellos por valor de 268,7 euros a un vendedor búlgaro. Consciente de la suma que esto representa, aunque está muy lejos del millón de dólares, el belga decidió asegurar su paquete pidiendo al vendedor que lo registrara. Lamentablemente, la carta, enviada a finales de julio, se perdió a principios de agosto. “El 5 de agosto la carta estaba en Bélgica, al día siguiente a las 8:35 el envío estaba preparado para su entrega y a las 8:44 el cartero estaba en camino”, explica Jacky al diario flamenco.
El Limburger finalmente se dio cuenta en el sitio web de Bpost de que su paquete no iba a ser entregado debido a circunstancias imprevistas. Ni uno ni dos, Jacky se apresuró a ir a correos a pedir buscar su carta. No se encontró nada y sólo queda pedir una indemnización, a lo que Bpost se niega, pasando la responsabilidad a… correos búlgaros.
Una ducha fría para Line cuando abrió su pedido de Zalando por 970 euros: lo entendió con sólo ver el paquete: “Tengo que pagar 480 euros por eso…”
Y por si fuera poco, a Jacky se le informó que sólo el remitente podía presentar un reclamo. Luego se puso en contacto con él para pedirle que resolviera la situación. Por su parte, el vendedor búlgaro afirma haber presentado una reclamación ante la oficina de correos local. Hoy, Jacky sigue desesperada ante esta situación infernal. «El vendedor no tiene más noticias de Correos de Bulgaria. Este es un error muy costoso por el que ahora tengo que pagar…”
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