L’Espérance, involucrado en el mundo empresarial de Estrie desde hace cincuenta años, también estuvo detrás de OMG Resto, del hotel Versō y del hotel Espace 4 Saisons.
Élyse, la hija de André L’Espérance, recuerda a su padre como un hombre apasionado y humano. “Tenía todo el aspecto de conocimientos y habilidades empresariales. Hablamos mucho de negocios. Me mostró muchas cosas y siempre me explicó sus decisiones para que pudiera entenderlas. Él me transmitió su pasión”, dice en una entrevista telefónica con La tribuna.
El ex alcalde de la ciudad de Sherbrooke, Jean Perrault, colaboró a menudo con el empresario. Lo recuerda como “una personalidad que hizo mucho por la región”. “Creo que es una pérdida para Sherbrooke, pero es una liberación para él de esta enfermedad incurable”, afirmó el político retirado.
“Él fundó y compró empresas. Fue un pionero”, asegura el exalcalde.
El ex socio comercial de la aventura del Orford Express y buen amigo de L’Espérance, el Abbé Donald Thompson, recuerda a este hombre como un visionario. “¡Estábamos desarrollando el tren y él ya estaba pensando en el barco!” dice, riendo.
“Él fue un mentor para mí. Lo vi negociar cuando comprábamos vagones. ¡Dijo que con dos gallos son suficientes! Siempre estuvo muy tranquilo. […] También era un soñador. Me preguntó cómo veía el tren. Entonces ambos soñamos juntos sin hablar de dinero. Luego contratamos a un diseñador para que diseñara nuestro sueño. Luego hablamos de dinero”, subraya.
El jueves pasado, Thompson acompañó a L’Espérance, su familia y amigos en el crucero. “Lo trajimos con nosotros en su silla de ruedas. Flotamos en el lago, cerca de la frontera americana. No sé si entendió. Hicimos una especie de recogida del patrimonio. Le contamos lo que recordábamos de él. A menudo levantaba el pulgar. Es como si entendiera. Aprovechamos para hacer un rito de luto durante su vida. Fue muy valioso. Es como si todo estuviera planeado para él”, afirma el abad.
Orford Express
Perrault, que describe a André L’Espérance como un “precursor”, trabajó intensamente con él en el proyecto del tren turístico Orford Express. “Sherbrooke, en el marco del proyecto Cité des rivières, estaba interesada en acoger el tren como una atracción importante. Le recibimos en la antigua estación”, recuerda Jean Perrault con una sonrisa en la voz.
MM. Perrault y L’Espérance intentaron incluso ampliar el proyecto del tren hasta Lac-Mégantic. “Conocimos a la empresa Montreal, Maine and Atlantic (MMA). Casi teníamos permiso. Pero se produjo la tragedia de Lac-Mégantic y todo fracasó”, lamenta el político jubilado.
Es también este aspecto turístico el que Élyse L’Espérance ha retomado. “Incluso él habría tenido dificultades para identificar un proyecto que lo marcara más que otro. Cada nuevo proyecto era una aventura. Hubo desafíos y él sacó algo diferente de ellos”, cree.
Asegura que su padre “quería contribuir a la región en general”. “Desde mi punto de vista, fue extraordinario en todos los aspectos de su vida. Las contribuciones se produjeron de muchas maneras diferentes, incluida la filantropía. Contribuyó a estas causas de diferentes maneras, siempre con el objetivo de dejar una huella positiva en la región”, afirma L’Espérance.
“Él no tenía tres personalidades. Las cualidades de un empresario son las mismas que vimos como familiar o como amigo. Le encantaba disfrutar de la vida, era muy generoso, empático y muy presente. Fue un padre y esposo extraordinario”.
— Élyse L’Espérance, hija de André L’Espérance
En política, André L’Espérance también formó parte del comité de transición destinado a elaborar el primer presupuesto para la ciudad unificada. “Fue elegido por la ministra Louise Harel. Por eso preparó el presupuesto de 2002. Cuando fui elegido alcalde de la ciudad fusionada, nos reunimos con el comité que nos mostró el trabajo realizado durante la campaña electoral. Necesitábamos voluntarios experimentados para facilitar la armonización de los ocho municipios en una sola ciudad”, describe Jean Perrault.
“André fue un activo importante en el ámbito municipal. Le debemos mucho por su compromiso, su conocimiento y su experiencia”.
— Jean Perrault, ex alcalde de Sherbrooke
Además del Orford Express y del Grand Cru, André L’Espérance también dirigió la empresa manufacturera Dettson antes de convertirse en jefe de la estación de Mont Orford. Había obtenido varios reconocimientos, entre ellos el título de Gran Estrien y Gran Embajador de la Universidad de Sherbrooke.
Élyse L’Espérance confirma que continuará su implicación con Parkinson Estrie.
Con Jonathan Custeau
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