El consumo de combustible es esencial para consumidores y fabricantes, tanto por razones económicas como medioambientales. Y, sin embargo, los motores térmicos actuales no son un modelo de economía ya que dos tercios del combustible consumido no se utilizan para mover el vehículo.
30% de la energía perdida por fricción
Si Europa ha decidido prohibir la comercialización de vehículos con motor térmico a partir de 2035, lo cierto es que actualmente la mayoría de los vehículos funcionan con combustibles tipo gasolina o diesel. Sin embargo, si el consumo preocupa mucho a los consumidores, cualquier “desperdicio” en forma de pérdida de energía obviamente no es bienvenido. Sin embargo, un estudio internacional publicado en 2019 demostró que los motores de combustión interna (o motores térmicos) transformar entre el 40 y el 50% de la energía aportado por el combustible, siendo evacuado el resto en forma de calor.
Sobre todo, esta energía mecánica no se dedica totalmente a las ruedas del vehículo. Otro estudio realizado en Finlandia también en 2019 demostró que aproximadamente El 30% de la energía mecánica se pierde por fricción.. De hecho, la energía que los pistones transmiten al cigüeñal pasa primero por la caja de cambios y el eje de transmisión antes de llegar a las ruedas.
¿Cómo limitar esta fricción?
Lógicamente, mejorar la eficiencia energética de los coches térmicos requiere una limitación de la fricción alrededor del bloque del motor. Como explica The Conversation en un artículo del 7 de julio de 2024, los fabricantes están intentando fabricar mejores lubricantes. Sin embargo, los individuos también tienen su papel que desempeñar, especialmente en el control del nivel de aceite. Resulta que cualquier falta o desbordamiento de petróleo generar fricción innecesaria. Esto también puede provocar un desgaste más rápido de las piezas, y por tanto la aparición de problemas mecánicos que suelen ser fácilmente evitables.
Además, debes saber que la infraestructura puede tener un impacto en términos de eficiencia de los vehículos. Por lo tanto, otras investigaciones han planteado la posibilidad de Reducir a la mitad las fuerzas de fricción entre las ruedas y la carretera. simplemente utilizando las herramientas de construcción adecuadas.
Por lo tanto, lograr reducir esta fricción podría permitir reducir drásticamente las facturas de combustible particulares y empresas, especialmente durante viajes largos por carretera. Por otro lado, los expertos coinciden en que la mejor manera de reducir el consumo sigue siendo aligerar los vehículos, además de reducir su tamaño. En efecto, vehículos más pesados y grandes tienden a consumir mucho más combustible.
Otra palanca para reducir el consumo de combustible reside en la optimización de los sistemas de recuperación de energía. De hecho, muchos vehículos modernos, especialmente los híbridos, utilizan sistemas de recuperación de energía durante el frenado o la desaceleración, que permiten recargar la batería y alimentar los equipos auxiliares. Estos dispositivos, aunque ya están presentes en determinados modelos, aún podrían mejorarse y generalizarse para aumentar su eficiencia y contribuir a una reducción notable del consumo global. Al minimizar las pérdidas de energía, estas innovaciones permiten aprovechar mejor cada gota de combustible utilizada, haciendo así que los vehículos térmicos sean más eficientes energéticamente.
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