Crónica de blockchain. Como actor tecnológico innovador, Stripe ha integrado rápidamente los criptoactivos en su ecosistema.
Convertido en un gigante de los pagos, Stripe procesó más de un billón de dólares en transacciones en 2023, generando ingresos que superan los catorce mil millones de dólares. Fundada en 2010, la empresa se estableció inicialmente ofreciendo soluciones de aceptación de pagos para sitios web, antes de ampliar su oferta a todos los servicios de pago y transferencia.
Como actor tecnológico innovador, Stripe ha integrado rápidamente los criptoactivos en su ecosistema. La plataforma ahora permite la implementación de módulos de pago que aceptan tarjetas bancarias, así como Bitcoin y otras criptomonedas. También ofrece la compra directa de criptoactivos, posicionando así su servicio como una interfaz transparente entre las finanzas tradicionales y el universo blockchain.
Recientemente, Stripe adquirió Bridge por más de mil millones de dólares, una startup especializada en pagos con monedas estables en cadenas de bloques públicas. Bridge destaca por su API simplificada que permite pagos internacionales en stablecoins y conversión automática entre diferentes monedas estables, como euros a dólares.
La adopción masiva de pagos con monedas estables en comparación con los sistemas tradicionales sigue siendo incierta.
Esta orientación hacia los pagos internacionales no es casual. El sistema SWIFT, que procesa cerca de cincuenta millones de transacciones internacionales diariamente, adolece de numerosas deficiencias: tiempos de procesamiento de uno a cinco días que pueden extenderse a varias semanas, multiplicación de las comisiones cobradas por los intermediarios bancarios, falta de transparencia sobre el estado de los pagos y las tarifas aplicadas, operación limitada al horario comercial y vulnerabilidades de seguridad expuestas periódicamente.
La estrategia de Stripe y sus competidores tiene como objetivo suplantar este sistema con una solución de moneda estable que ofrezca transferencias casi instantáneas, trazabilidad completa de las tarifas, opciones de intercambio integradas, disponibilidad permanente e integración web simplificada a través de API.
El monopolio histórico de SWIFT explica en gran medida su retraso tecnológico. El sistema SEPA, utilizado en la Unión Europea, aunque más eficiente con tiempos de procesamiento de cuarenta y ocho horas laborables, también adolece de un importante desfase tecnológico y las múltiples propuestas para mejorarlo ahora no es posible alcanzarlo.
La adopción masiva de pagos con monedas estables en comparación con los sistemas tradicionales sigue siendo incierta. El principal desafío será generar confianza y convencer a los actores de la industria para que adopten estas nuevas plataformas, ya que SWIFT está profundamente arraigado en sus procesos bancarios.
La clave del éxito radica en la capacidad de ocultar la complejidad de la cadena de bloques a los usuarios finales: ya no es necesario administrar carteras o criptoactivos. La tecnología Blockchain se convierte simplemente en la infraestructura subyacente que garantiza velocidad y seguridad, como Internet, que supo democratizar el acceso a la red ocultando la complejidad de sus protocolos. Este enfoque parece ser la condición sine qua non para el éxito de este proyecto y de innovaciones similares en el futuro.
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