El metal amarillo volvió a alcanzar un máximo histórico de 2.790 dólares la onza. Desde principios de año, ha ganado casi un 38%. Este aumento sorprende porque las bolsas también han subido y los dos activos generalmente se mueven en direcciones opuestas.
Cuando uno avanza, los demás retroceden. Al menos en teoría. Sin embargo, en las últimas semanas, el oro y los mercados bursátiles han estado alcanzando una serie de máximos. El metal amarillo alcanzó el miércoles un récord histórico de 2.790 dólares la onza (o 31 gramos), mientras que el índice bursátil tecnológico de la Bolsa estadounidense hizo lo mismo dos días antes. Esto, si bien estos activos generalmente tienen diferentes impulsores.
Otro misterio es que el oro se considera una protección contra la inflación. Por lo tanto, debería haber saltado en 2022, cuando comenzó el aumento de precios, lo cual no fue el caso, incluso perdió valor. Entonces debería haber vuelto a caer o, al menos, estabilizarse a finales de 2023, o incluso este año, cuando los bancos centrales controlaron la inflación. De hecho, sucedió todo lo contrario porque fue entonces cuando comenzó su meteórico ascenso. Desde principios de año, el metal precioso ha subido casi un 38%.
Y el misterio continúa: en principio, la fortaleza del dólar y los altos tipos de interés tienden a hacer caer el oro, pero también en este caso el metal amarillo desafía la teoría del mercado, ya que todo subió al mismo tiempo.
Incertidumbres geopolíticas
Muchos expertos siguen perplejos ante este continuo aumento. Entre las razones aducidas, las preocupaciones geopolíticas ocupan el primer lugar. Representan un motor para el oro, que sirve de refugio a los inversores durante las tensiones. Lo que también están haciendo con el franco, que también se ha apreciado notablemente en las últimas semanas.
Por tanto, la guerra en Oriente Medio puede explicar por qué el oro tiene tanto éxito. Pero esta teoría tiene sus límites. Si la incertidumbre preocupa tanto a los inversores, por un lado, los mercados bursátiles deberían caer. Por otro lado, el petróleo debería reaccionar con fuerza, aunque ha permanecido casi impasible ante estas tensiones.
Las elecciones presidenciales estadounidenses en la mira
Los especialistas aducen otras razones, en particular su atractivo como moneda alternativa al dólar. Un papel que al yuan le cuesta desempeñar. El oro, por el contrario, siempre ha convencido a quienes desconfían de las monedas controladas por gobiernos y bancos centrales.
Pero ninguna de estas vías convence completamente a los observadores. No es probable que el precio del oro aumente más que las incertidumbres relacionadas con las elecciones presidenciales estadounidenses.
En cambio, los expertos están más avanzados sobre el impacto que tendrá el resultado de las elecciones. Un resultado incierto o controvertido podría aumentar una vez más el atractivo del oro. Por el contrario, una victoria de Kamala Harris con mayoría demócrata podría estabilizar o incluso reducir su precio. A diferencia de una victoria de Trump, que podría hacer que las acciones se dispararan especialmente. En este escenario, los dos activos podrían empezar a funcionar en direcciones opuestas, como dicta la teoría.
Mathilde Farine
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