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Restauración: el fin de una auténtica institución en el barrio de Saint-Sauveur

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Un restaurante quebequés inaugurado en 1982 cerrará definitivamente sus puertas el 29 de diciembre.

Después de más de 42 años, Kyran-Ô, una auténtica institución en la calle Marie-de-l’Incarnation, entre Saint-Vallier Ouest y Montmartre, dejará de servir su legendaria pizza.

La pizzería del barrio de Saint-Sauveur, que también sirve hamburguesas y poutine, ofrece cuarenta plazas, entrega a domicilio y pedidos para llevar.

“Con gran pesar, pero en paz, debemos anunciarles esta noticia”, escribió en un largo mensaje Matice Langevin, que compró a sus padres hace unos años. El edificio se vendió y la familia simplemente decidió mudarse.

Foto Jean-François Racine / Le Journal de Québec

Esfuerzos

En el lugar, el joven de 29 años no oculta sus emociones. Sentimos que él y sus allegados han brindado mucho tiempo y amor a la empresa.

“Mis padres habían invertido mucho y su fondo de pensiones está aquí. Lo sostuvieron con el brazo extendido y yo tomé el control. Decidimos vender y nuestro vecino compró. No es el escenario que quería, pero para nosotros fue el más interesante”, confió el restaurador.

Los clientes más fieles se enteraron rápidamente de la mala noticia. La empresa incluso menciona que han visto crecer y envejecer a los niños durante cuatro décadas.

“Es la mejor pizza. Nos duele mucho y volveremos hasta el final”, afirmó Serge Bouchard, que sale regularmente de Cap-Rouge para venir a probar su pizza favorita.

Emociones

Matice Langevin no sabe qué hará en 2025, pero pondrá de su parte hasta el último día. Durante las olas de calor del verano, nunca escatimó en un horno para pizzas y una freidora.

“Es mucha tristeza. Trabajé para el dueño anterior. Aprendí aquí y hay mucha historia. Tenemos muy buena clientela y es raro que dure tanto tiempo. La sucesión y la transición no son fáciles. Voy a retomar el negocio, me ha picado el gusanillo”, añadió el señor Langevin.

“Estoy aquí desde hace diez años”, afirma Johanne Nolin, también una empleada muy emotiva.


Foto Jean-François Racine / Le Journal de Québec

Durante las próximas diez semanas, el equipo quiere agradecer a aquellos que quieran pedir un último “Kyran-Ô”.

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