En Estados Unidos, un número cada vez mayor de empleados de la Generación Z están siendo despedidos después de tan solo unos meses por ejecutivos exhaustos y molestos. También en Francia la brecha parece a veces ampliarse y los malentendidos se multiplican.
¿Podrían estos veinteañeros ser tan poco profesionales? En las redes sociales hay infinidad de vídeos que se burlan de su ligereza: una empleada arreglándose las uñas a mitad del día, otra participando en una videoconferencia desde una cabina de bronceado… “Una becaria ya me ha dicho: “¿Entonces qué? ” A modo de saludo, dice Judith (1), 36 años, ejecutiva de una empresa de comunicación parisina. Me quedé sin palabras, incapaz de responder. Otra se quejaba, de manera bastante vulgar, de la ubicación de los baños, demasiado indiscreta para su gusto. Varios jóvenes me dieron la sensación de no tener los códigos”.
Judith no es la única que comparte este sentimiento. Otros gerentes o ejecutivos entrevistados para este artículo a veces parecen confundidos, incluso impotentes, cuando se enfrentan a empleados jóvenes, recién graduados, con hábitos muy diferentes a los de ellos. El 86% de los líderes empresariales perciben a la Generación Z de esta manera: la generación…
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