La aviación comercial comenzó a generalizar el ajuste de precios a la demanda a finales de los años 1970. Todo un mercado extremadamente regulado, resultante de la soberanía de los Estados sobre su espacio aéreo, explotará en pleno vuelo. El golpe comenzó en Estados Unidos bajo la presidencia de Jimmy Carter (1977-1981), instado por los ultraliberales a poner fin a un sistema que consistía en fijar el importe de los billetes en función de la distancia recorrida y proteger a las empresas nacionales. A cambio de mantener líneas deficitarias, podrían cobrar precios elevados.
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La desregulación abrirá la puerta a la libertad de precios, elección de líneas, horarios y aeropuertos. Primera consecuencia, una explosión del número de nuevas empresas: más de ciento veinte entre 1978 y 1984. Entre ellas, las primeras low cost, las famosas low cost, que lanzarán la guerra de precios, gracias a las nuevas Herramientas informáticas a medida.
Varias aerolíneas históricas no sobrevivirán a estas nuevas reglas del juego, como Pan Am o TWA, con estructuras de costos demasiado altas para seguir el ritmo impuesto por las empresas jóvenes. Las fusiones se multiplicarán hasta que, en menos de una década, sólo ocho controlarán el 95% del tráfico estadounidense. Entre ellas, Delta Air Lines y American Airlines están perfeccionando un modelo de precios destinado a reducir los precios en destinos sujetos a fuerte competencia, para aumentarlos en destinos menos populares. El número de pasajeros está aumentando. Sus sistemas de procesamiento de datos para llenar sus aviones con los mejores ingresos posibles siguen siendo hoy en día estándares mundiales.
“Como el motor de un Fórmula 1”
En Europa, aunque el británico Freddie Laker fue el primero en reducir drásticamente los precios de los vuelos transatlánticos, en 1977, el proceso de liberalización se inició realmente en 1987. Las empresas comenzaron a ser autorizadas, bajo condiciones, a establecer su lista de precios. Tienes que esperar hasta la 1es enero de 1993 para que más de un centenar de empresas europeas pudieran fijar sus precios sin intervención gubernamental. Dos años después, tres de cada cuatro europeos vuelan con tarifa reducida. Hoy en día, la compañía aérea irlandesa de bajo coste Ryanair es líder en Europa en número de pasajeros transportados y muchas compañías aéreas nacionales han desaparecido.
En la aeronáutica, las empresas jóvenes rara vez optan por desarrollar internamente las soluciones de TI que ofrecen los tres principales gigantes mundiales de las reservas. Confían en la europea Amadeus y en las estadounidenses Sabre y Travelport, propietaria de Galileo, que han desarrollado sistemas de distribución global, GDS, utilizados también en el sector ferroviario y hotelero. Algunas empresas que han desarrollado herramientas las venden a otros operadores. Finalmente, otros guardan celosamente el sistema desarrollado internamente. Este es el caso de Air France-KLM, uno de los fundadores de Amadeus.
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