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Ceremonias de París 2024: espectáculo XXL, éxito pero algunos inconvenientes
Espectaculares, creativas, cada una con su estilo: las cuatro ceremonias de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, imaginadas por Thomas Jolly y sus equipos, marcaron las dos secuencias deportivas, dando como resultado éxitos innegables, algunos fracasos y una polémica de magnitud internacional. – Éxitos artísticos – “Tengo la sensación de un trabajo realizado”, aseguró Thomas Jolly a la AFP el domingo por la noche, después del último espectáculo en el Estadio de Francia dedicado a unos 4.000 atletas paralímpicos, un gran concierto con figuras de la música electrónica francesa (el French Touch) más que un espectáculo propiamente dicho. El 26 de julio, con su desfile fluvial sobre y a lo largo del Sena, hasta el pie de la Torre Eiffel, para abrir los Juegos Olímpicos, el director artístico había puesto el listón muy alto. Lleno de descubrimientos y entusiasmo, rítmico, este espectáculo telegénico de cuatro horas había pintado la imagen de una Francia benévola e inclusiva. El encuentro de la cantante Aya Nakamura y los gendarmes músicos de la Guardia Republicana en el Puente de las Artes, la explosión sonora y visual del grupo metalero Gojira en las ventanas de la Conciergerie permanecerán en la memoria, al igual que la Marsellesa, nada marcial, cantada por la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel. Y sobre todo el regreso final de Céline Dion en el primer piso de la Dama de Hierro. Otro éxito: la inauguración de los Juegos Paralímpicos, en la plaza de la Concordia, el 28 de agosto, con las imágenes contundentes de las coreografías de Alexander Ekman, que honran a los bailarines con discapacidad y celebran los cuerpos en su diversidad. – Récord de audiencia – El espectáculo del 26 de julio alcanzó su punto álgido, visto en directo por 23,2 millones de espectadores, y luego retransmitido por 1,2 millones de personas. La clausura de los Juegos Olímpicos, el 11 de agosto, atrajo a poco más de 17 millones. En cuanto a los Juegos Paralímpicos, la afluencia de público no fue tan buena, como era de esperar, pero sí claramente superior a la de las ediciones anteriores (10,2 millones de personas en la inauguración el 28 de agosto y 7,7 millones en la clausura el domingo). No se dispone de cifras de audiencia internacionales. Lo mismo ocurre con el coste financiero de estas ceremonias. – Desventajas – La lluvia llegó a perturbar la inauguración de los Juegos Olímpicos, obligando a los equipos artísticos a cancelar o modificar algunas actuaciones. Pero fue sobre todo la filial del Comité Olímpico Internacional (COI) encargada de filmar los Juegos, OBS (Olympic Broadcasting Services), la que fue criticada por su captura de imágenes. El propio Thomas Jolly consideró que el director había “perdido muchos momentos”. OBS reconoció las dificultades relacionadas con el clima (los drones y tres helicópteros inicialmente previstos no despegaron) y la escala del espectáculo -el primero fuera de un estadio en la historia de los Juegos-, pero negó cualquier fallo. En la inauguración de los Juegos Paralímpicos, la grabación de sonido fue criticada durante la primera parte del espectáculo, pero la OBS informó de un evento “sin problemas”. La clausura futurista de los Juegos Olímpicos tuvo una recepción mixta debido a su tono muy oscuro. Los equipos artísticos habían imaginado una distopía que se esforzaba por mostrar la “fragilidad del mundo”. La prensa estadounidense habló de “una sensación de resaca triste”, que contrastaba con la alegría de las dos semanas de competición que la precedieron. – Una polémica – Durante la primera ceremonia, un cuadro interpretado en particular por drag queens fue criticado en todo el mundo por las autoridades religiosas y los líderes políticos conservadores que lo vieron como una referencia inapropiada a la Última Cena, la última comida de Cristo. Los organizadores negaron haber querido burlarse de la religión cristiana, asegurando que querían representar una fiesta pagana y realizar una ceremonia “que reconcilie”. “¿Cómo puede alguien creer que, en mi opinión, podría haber habido alguna intención de burlarse de la religión católica, sabiendo que, en esta ceremonia, un cuadro entero está dedicado a Notre Dame de París?” El domingo por la noche, Thomas Jolly protestó contra la escena. Pero la escena le valió a Thomas Jolly y a DJ Barbara Butch, la activista feminista y lesbiana que protagoniza este cuadro, amenazas de muerte y una campaña de acoso en línea que la justicia está investigando. Según una fuente cercana a las investigaciones, se trató de ataques “muy concertados, muy preparados y muy avanzados técnicamente”, con varios autores que tomaron una gran “precaución” (VPN, números virtuales). Algunos de ellos están “en el extranjero”.kp-tll/pel/hpa
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