Una competición única en su tipo; 36 pilotos de 6 a 77 años, que vinieron a competir en carreras emocionantes: entre la adrenalina de las salidas, la convivencia de los intercambios y la delicadeza de los ajustes mecánicos, los 2mi La prueba del campeonato Alsacia-Lorena Mini-Z ofreció al público un espectáculo cautivador.
Organizado por el club Sundgau Mini-Z, este evento anual es una cita ineludible para los aficionados a los coches teledirigidos a escala 1/28.mi. De 9 a 17 horas, la pista modular vio desfilar a los coches a velocidades impresionantes, en un ambiente que combinaba competición y camaradería.
Deporte en miniatura, máximas sensaciones.
Los Mini-Z, estos coches teledirigidos que apenas pesan 170 gramos, circulan sobre una pista RCP (alfombra modular y personalizable) a velocidades impresionantes.
Tres categorías estaban en liza:
• Stock: vehículos básicos disponibles en el mercado, que alcanzan 25-28 km/h.
• Pro-stock: equipado con motores más potentes, capaces de alcanzar hasta 32 km/h.
• Abierto: sin límite de potencia ni peso, donde los coches pueden alcanzar los 50 km/h, o incluso los 80 km/h en condiciones óptimas.
Las carreras se desarrollan en eliminatorias de ocho minutos, con ocho participantes en la pista. El juego limpio es esencial y los “recolectores” se aseguran de que los coches vuelvan a entrar en carrera en caso de vuelco.
Técnico y fácil de usar
El club Sundgau Mini-Z, presidido por Stéphane Wolff, reúne a 25 miembros, entre ellos cinco niños. Cada semana, los miembros se reúnen para sesiones de entrenamiento, montando y desmontando la pista en sólo 20 minutos. La asociación, creada hace 13 años, también es miembro de una red de clubes que incluyen los de Colmar, Erstein, Reding e Hirsingue. Cada uno organiza una carrera por año.
Si la disciplina requiere un cierto dominio de la mecánica y el pilotaje, los miembros velan por un espíritu de ayuda mutua. “Estamos aquí para divertirnos y compartir nuestra pasión, aunque también sea muy técnica”, explica Gilles Arnould, miembro desde hace dos años. El presupuesto para empezar sigue siendo accesible, con coches básicos a partir de 200 euros, aunque los entusiastas a veces invierten hasta 500 euros en modelos más eficientes.
Para todas las edades
El evento del domingo demostró que esta afición reúne a todas las generaciones. A pesar de la gravedad de la competición, el ambiente permaneció relajado y marcado por un juego limpio ejemplar. “Son niños grandes jugando”, resume con humor Gilles Arnould.
Además de las carreras, el club participa en otros eventos, como el Game Festival en Wittersdorf, donde los visitantes pueden aprender sobre Mini-Z utilizando coches con velocidad limitada. Stéphane Wolff, presidente de la asociación, espera también recibir pronto a los clubes de Belfort “para ampliar la red y seguir compartiendo esta pasión única”.
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