El año 2024 marcó un grave revés para Mercedes-Benz en el mercado de vehículos eléctricos. Con una caída en 23 %las ventas de modelos eléctricos sólo alcanzaron 185.100 unidadesfrente a los 240.000 del año anterior. Esta disminución se produce cuando la marca busca establecerse en un mercado dominado por jugadores como tesla y BYDque siguen creciendo.
El fabricante alemán, aunque pionero en la electrificación de sus gamas, parece tener dificultades para seguir el ritmo impuesto por sus competidores, especialmente en términos de precio y accesibilidad. Modelos de ecualizador no han podido convencer suficientemente a los nuevos compradores frente a alternativas más asequibles y, a menudo, mejor equipadas.
El peso del mercado chino en la debacle
China, un mercado clave para Mercedes-Benz, sufrió especialmente con una caída en las ventas de 7 % en 2024. En un contexto de feroz competencia y desaceleración económica, los consumidores chinos recurren cada vez más a marcas locales como BYD y NIO, que ofrecen modelos competitivos a precios atractivos.
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Además, el posicionamiento premium de Mercedes, aunque es una ventaja en tiempos normales, se convierte en un obstáculo de cara a los compradores más sensibles a la relación calidad-precio. Los subsidios del gobierno chino, a menudo dirigidos a vehículos locales, complican aún más la tarea de la marca alemana.
Un ajuste estratégico en marcha
Para responder a esta crisis, Mercedes-Benz tuvo que reducir sus ambiciones. El fabricante anunció medidas drásticas de reducción de costesen particular optimizando la producción y limitando el gasto no esencial. Al mismo tiempo, la marca trabaja para reforzar la competitividad de su gama eléctrica ofreciendo modelos más asequibles.
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Mercedes también apuesta por la innovación tecnológica para volver a atraer compradores. Se están desarrollando baterías de mayor rendimiento y funciones avanzadas, como sistemas de conducción autónoma de nivel 3, para impulsar sus ventas.
Este revés para Mercedes-Benz refleja los desafíos más amplios que enfrentan los fabricantes tradicionales en su transición a la electricidad. A medida que los costos de producción siguen siendo altos y las expectativas de los consumidores evolucionan, se vuelve imperativo que las marcas premium logren un equilibrio entre lujoso y asequible.