El Tribunal Penal Federal escuchó el miércoles a un perito psiquiátrico en el proceso por el asesinato de un diplomático egipcio en 1995 en Ginebra. El médico describió la personalidad dissocial del principal acusado, un vendedor de coches de 55 años.
El acusado presenta un trastorno de personalidad disocial con dimensión psicopática, según el perito. El riesgo de recurrencia se considera medio a alto en los próximos 10 a 15 años. En términos generales, un trastorno de este tipo no es accesible al tratamiento porque el sujeto no sufre y no está motivado para emprender una terapia que se percibe como un momento de vulnerabilidad.
El psiquiatra considera que esto es muy improbable y en caso de condena se habla de internamiento. En el caso de que el interesado reconozca todos los hechos reconocidos, se podría considerar tratamiento ‘siempre que el compromiso sea sincero’. Se debe realizar una evaluación inicial después de 5 años para decidir qué hacer a continuación.
Tratamiento después de la prisión
El médico se mostró muy escéptico sobre la idea de un tratamiento después de la prisión, propuesta por la defensa: “No conozco a ningún recluso que se hubiera negado a ser seguido en prisión y que lo hubiera aceptado cuando fuera liberado”.
El abogado del acusado cuestionó si la ausencia de condenas previas por violación podría considerarse positiva para el desarrollo. El experto lo vio, por el contrario, como un factor negativo. De hecho, la propensión a cometer delitos violentos o sexuales tiende a disminuir con la edad. Por tanto, el acusado podría presentar una evolución distinta de lo normal y bastante preocupante.
Interrogado extensamente por la defensa sobre los fundamentos en los que se basó su diagnóstico, el médico explicó que había partido de una hipótesis de culpabilidad por todos los cargos, a saber, asesinato, violación y secuestro, principalmente. Este método sería aceptado por el Tribunal Federal. En otro contexto, la conclusión sería ciertamente la misma pero con menor grado de gravedad.
/ATS
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