SNCB, por el contrario, resulta un desastre en lo que respecta a la experiencia a bordo para los pasajeros, sobre todo porque es, junto con el operador griego, una de las únicas compañías ferroviarias europeas que no ofrece conexión wifi a bordo. .
La puntuación global de SNCB es de 6,1 sobre 10, lo que sitúa a la empresa belga en el puesto 12, apenas por encima de la media en el ranking de T&E.
La empresa italiana Trenitalia encabeza este ranking. Y Eurostar, la compañía más cara de Europa que opera rutas entre Francia, Inglaterra y el Benelux, ocupa el puesto 27, al final de la clasificación. Esta empresa, que también opera en Bruselas, destaca una fiabilidad inferior a la media, la ausencia de una opción para cargar bicicletas y un rendimiento mediocre en los demás criterios de evaluación.
“El alto precio no garantiza la calidad del servicio”, indica la ONG. Por el contrario, Trenitalia (1.º) y la empresa austriaca ÖBB (4.º) ofrecen la mejor relación calidad-precio en Europa, según T&E.
La ONG evaluó ocho criterios para realizar su ranking de empresas en sus rutas de media y larga distancia, siendo el más importante el precio. También se tienen en cuenta la fiabilidad, los programas de descuentos disponibles, las políticas de compensación en caso de retrasos, la experiencia de los pasajeros y la existencia de trenes nocturnos o espacios para bicicletas.
Según Victor Thévenet, coordinador de cuestiones ferroviarias en el grupo de expertos, todas las empresas evaluadas aún tienen un importante margen de mejora. En particular “para mejorar la fiabilidad de los servicios ferroviarios”, afirma, ya que los retrasos y las cancelaciones siguen siendo demasiado frecuentes.
T&E destaca que la apertura a la competencia ha sido beneficiosa en determinadas líneas como Madrid-Barcelona o Milán-Roma, permitiendo reducir los precios y aumentar la oferta de trenes. Pero “no ha sido beneficioso en todas partes, el modelo inglés es claramente el que no se debe seguir”, modera Thévenet. El Partido Laborista en el poder también ha comenzado a trabajar para nacionalizar las empresas ferroviarias.
T&E también pide a los Estados que inviertan en redes para hacer el tráfico más fiable y reducir los peajes ferroviarios para reducir los precios de los billetes. Son, por ejemplo, muy elevados en Francia, a diferencia de Italia, donde el Estado invierte masivamente para mantener las infraestructuras y garantizar precios moderados.
La ONG también invita a las empresas a inspirarse en las buenas prácticas. Las empresas inglesas, por ejemplo, que se encuentran entre las más caras del continente, ofrecen a cambio posibilidades de reembolso “a partir de 15 minutos de retraso y un reembolso completo por una hora de retraso”, indica Thévenet.
Esta práctica podría animar a los viajeros a recurrir más al tren, cree T&E.