Ante estos desafíos, Revolht ofrece una solución alternativa: extender los cables HVDC desde los parques eólicos marinos directamente a puntos estratégicos de la red HVAC existente, como Doel, Gramme o Courcelles. Este enfoque reduciría costos, aceleraría la transición energética y limitaría los impactos ambientales. Esta estrategia se inspira en proyectos marinos europeos en los que los administradores de redes han optado por extender los cables HVDC bajo tierra a lo largo de una distancia significativa. Hay numerosos proyectos: BalWin1 y BalWin2 en Alemania, el proyecto del Golfo de Vizcaya entre Francia y España, y también el proyecto Kontek, operado por 50Hertz (una filial de Elia). Estas decisiones ayudaron a simplificar los procedimientos administrativos y limitar la oposición pública, demostrando que tales soluciones son técnicamente viables y estratégicamente relevantes.
¿Por qué, entonces, Elia persiste en esta costosa y demorada estrategia? Una posible respuesta radica en los incentivos económicos y el marco regulatorio que favorecen las inversiones en proyectos complejos como la isla artificial. Sin embargo, estas decisiones se toman a menudo en detrimento del interés general, la velocidad de la transición energética y los bolsillos de los ciudadanos y las empresas, perjudicando así la competitividad y el atractivo del país.
¿Cómo se disparó el coste de la isla energética?
El enfoque de Revolht no sólo pretende reducir costes y retrasos, sino también construir una red eléctrica belga más resiliente y alineada con las mejores prácticas europeas. Llamamos a un debate abierto y constructivo, basado en hechos y soluciones realistas. Es hora de construir una red eléctrica sostenible, capaz de afrontar los desafíos del mañana respetando al mismo tiempo los imperativos económicos y medioambientales de hoy. Revolht está dispuesto a trabajar con todas las partes interesadas para lograr este objetivo común.