El mercado automovilístico francés atraviesa un período crítico, caracterizado por una caída continua de las ventas y perspectivas sombrías a corto plazo. Entre la transición energética, la reducción de las ayudas públicas y las incertidumbres económicas, la industria lucha por recuperarse.
Las ventas de automóviles en caída libre
El mercado automovilístico francés sigue atravesando un período difícil. En noviembre solo se matricularon 133.318 coches nuevos, un descenso del 12,7% respecto al mismo mes de 2023según datos de la Plataforma Automotriz (PFA). Este descenso se inscribe en una tendencia general: en los once primeros meses del año, las ventas cayeron un 3,7% respecto al año anterior y un 23,4% respecto a 2019, antes del inicio de la crisis.
A pesar de este panorama sombrío, algunas motorizaciones están funcionando bien. Los coches híbridos registraron un notable aumento del 17% en noviembre, representando ya casi una de cada dos matriculaciones. Por otro lado, los vehículos eléctricos, aunque aumentan en términos de cuota de mercado (17% en noviembre), muestran una preocupante caída del 25% en sus ventas respecto al año pasado.
Un nuevo elemento complica el panorama: el decreto de ayudas a la compra de vehículos eléctricos, que entró en vigor este lunes, reduce el importe de las bonificaciones. Estos varían ahora entre los 2.000 euros para los hogares más ricos y los 4.000 euros para los más modestos. Para Marc Mortureux, director de la PFA, este apoyo es crucial: “ La existencia de ayudas a la compra es un elemento imprescindible para tomar una decisión “, dijo. También insiste en la importancia de desarrollar un mercado de segunda mano, posible gracias al apoyo a los compradores de vehículos nuevos.
Una industria bajo presión
Esta revisión de las ayudas se produce en un momento en el que modelos eléctricos, como el R5 de Renault, apenas empiezan a llegar al mercado. Sin embargo, su coste, ligeramente inferior al de las generaciones anteriores, podría ofrecer un rayo de esperanza en un contexto de desaceleración.
El sector del automóvil, en términos de volúmenes, está sufriendo especialmente esta prolongada crisis. Las carteras de pedidos siguen siendo bajas y las incertidumbres económicas no alientan a los hogares a invertir en compras sustanciales. “ Es bastante improbable que el mercado se recupere en el corto plazo.e”, advierte Marc Mortureux. Esta situación está empujando a los actores de la industria a tomar medidas drásticas.
En Francia, el fabricante de equipos Valeo anunció la eliminación de 868 puestos de trabajo, repartidos en ocho sedes. En Alemania, Volkswagen está considerando un plan de reducción de costes de 4.000 millones de euros, que implica el cierre de varias fábricas. Los sindicatos están tratando de limitar el impacto social de estas decisiones, pero el panorama sigue siendo sombrío para los trabajadores.