No está ahí para el turismo. El perfil de la pasajera polizón en un vuelo entre Nueva York y París, arrestada a su llegada el miércoles, está cada vez más claro, dijo la policía francesa al parisino. Mezclándose con un grupo de pasajeros, logró subir a un avión, evitando los estrictos controles de seguridad del aeropuerto, antes de esconderse en los baños del avión.
Seis horas después del vuelo de Delta Airlines, una azafata alertó al capitán, preocupada al ver a una persona ocupando el baño durante tanto tiempo. Una vez realizado el recuento de pasajeros ordenado por el piloto, ya no quedó ninguna duda: a bordo había un pasajero polizón. Muy esperado por las autoridades francesas al aterrizar.
¿Envenenamiento por polonio?
Oído por la policía de fronteras (PAF) y los agentes de enlace estadounidenses, el pasajero contó una historia sorprendente. Se llama Svetlana D., es de origen rusa pero posee la “green card”, el famoso documento que permite a los inmigrantes establecerse de por vida en Estados Unidos. Sin embargo, este documento no le permite viajar a Francia.
Su pasaporte ruso no es válido desde 2012 y no ha solicitado un visado. Para justificar su repentino viaje, la mujer de 57 años explicó que había sido envenenada con polonio por los servicios secretos rusos, con la complicidad de sus homólogos estadounidenses. Por ello, Svetlana D. vino a Europa en busca de refugio. Los exámenes médicos practicados tras estas declaraciones no confirman su tesis.
Después de tres días en Francia para ser escuchado, el clandestino tenía previsto tomar un vuelo de regreso a Estados Unidos el sábado. Pero según una fuente policial, Svetlana D. tuvo problemas cuando un policía estadounidense la esposó y se negó a subir al avión. Devuelta a la “zona de espera para personas pendientes”, por lo que sigue esperando su deportación.
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