Mientras las finanzas públicas francesas luchan por recuperarse, el gobierno está abordando un sistema que permite a las empresas francesas evitar las contribuciones a la seguridad social. Una práctica legal pero costosa, que habría privado a Francia de 4.200 millones de euros en quince años.
Grandes grupos acogidos a un régimen ventajoso con Suiza
Desde 2009, un reglamento firmado entre Francia y Suiza permite a las empresas francesas incluir a algunos de sus directivos en el sistema de seguridad social suizo mientras los contratan en Francia. Este mecanismo, basado en el artículo 16 del Reglamento Europeo (CE) nº 883/2004, ofrece considerables ventajas financieras: las cotizaciones a la seguridad social en Suiza son mucho más bajas que en Francia.
Según un informe confidencial de la Inspección General de Finanzas (IGF) y de la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) revelado por La tribuna y Información de Francia, Esta práctica habría permitido a una veintena de grandes empresas, entre ellas Total, Renault y Michelin, ahorrar cientos de millones de euros cada año.
Estos directivos, a menudo muy bien remunerados (a veces más de 500.000 euros al año), son enviados oficialmente a misiones internacionales de hasta seis años. Sin embargo, se señalan abusos: algunos empleados serían contratados directamente en Suiza antes de ser destinados a Francia, eludiendo así las obligaciones sociales nacionales. “Este dispositivo se utiliza de forma muy limitada”, informa una fuente cercana al asunto.
Un acuerdo favorable a las multinacionales
El informe estima que la Seguridad Social francesa pierde alrededor de 280 millones de euros cada año debido a este acuerdo. En quince años, esto representa 4.200 millones de euros no recaudados, en detrimento de la financiación de las pensiones y los seguros médicos. Si los gobiernos anteriores evitaron cuestionar este sistema, por temor a tensiones diplomáticas con Suiza o al debilitamiento de las grandes empresas nacionales, la emergencia presupuestaria empuja al ejecutivo a actuar.
A partir de ahora, Francia tiene intención de retirarse de este acuerdo. Según los ministerios sociales y Matignon, la base jurídica del reglamento es “frágil” y no puede resistir un recurso ante un juez administrativo. Por lo tanto, se tomó la decisión de poner fin a este mecanismo en los próximos meses. La Seguridad Social ya ha recibido luz verde para iniciar el trámite.
Sin embargo, Francia no podrá recuperar las sumas perdidas desde 2009. Sin embargo, el gobierno espera que esta medida suponga un paso adelante en su intento de controlar las finanzas públicas y poner fin a una práctica considerada injusta para el sistema social francés.