Cuidado, peligro. Suiza descubrió la piratería de datos médicos a principios de 2022, cuando un consultorio de Neuchâtel fue pirateado y se robaron los datos de miles de pacientes. Hoy en día, es Francia la que tiene conocimiento del robo de estos datos tan sensibles.
Así, cinco establecimientos sanitarios en Francia (dos de los cuales están en funcionamiento y tres cerrados desde entonces) se ven afectados por la filtración de datos del grupo Aleo Santé que podría afectar a miles de pacientes. En un sitio de reventa de datos robados, un usuario anónimo puso a la venta los datos personales de los pacientes tratados por el grupo Aleo Santé, afirmando tener los datos de 758.912 personas.
Y se trata de datos muy sensibles que tienen carácter a priori: apellidos, nombres, direcciones de correo electrónico y postal y fechas de nacimiento, información médica como la identidad del médico tratante o recetas, etc.
Recordamos que muy recientemente, en Estados Unidos, el ciberataque contra la aseguradora Change Healthcare provocó el robo de datos sensibles de 100 millones de personas, incluidos diagnósticos médicos.
Estos casos, que corren el riesgo de causar daños considerables (imagínense los pacientes cuyas patologías se publican en línea…) deben servir como una nueva advertencia para toda la cadena sanitaria. Hospitales, clínicas, aseguradoras, farmacias, todos son objetivos principales para los piratas informáticos, que saben muy bien que estos datos valen oro y, a veces, estos objetivos aceptan pagar rescates. El sector salud debe tomar conciencia de su gran vulnerabilidad.