ll miércoles 20 de noviembre, mientras viajaba a Burdeos, Patrick Martin, presidente del movimiento patronal Medef, eligió la escuela técnica de Beau-de-Rochas, conocida en el mundo del automóvil por la calidad de su formación, para “significar a los implicados del compromiso del Medef Nacional de Educación con todos los temas de formación y competencias, que son las principales cuestiones para el futuro de nuestra economía”, según este último. Declaraciones lógicas en plena operación de seducción durante una Semana de la Industria dirigida principalmente a los jóvenes. Esta visita tuvo un sabor paradójico si se tienen en cuenta las dificultades actuales de la economía francesa, en particular las de los fabricantes de equipamiento para automóviles.
Dificultades que no sólo afectan al sector al que se preparan los estudiantes de secundaria y que se explican en parte por la situación económica, pero también por la situación financiera del Estado. “Por el momento, su región [la Nouvelle-Aquitaine, NDLR] está bastante a salvo de grandes planes de reestructuración o cierres. A nivel nacional, todavía no podemos hablar de una catástrofe económica, pero todo lo que está surgiendo en el contexto de los proyectos de ley de finanzas va en la dirección equivocada en términos de competitividad y empleo”, asegura el “jefe de patrones”.
“Si juntamos todo lo previsto – reducción de costes y ayudas a la formación de aprendices, programas de estudio y trabajo, transferencia de financiación del seguro de enfermedad al seguro de enfermedad complementario, es decir, a las empresas y a los empleados – el coste de la mano de obra podría aumentar en 9.000 millones euros… ¡antes de haber repartido el primer euro de subida de sueldo! En mi propia empresa, desde la disolución y en vista de las discusiones políticas en torno al proyecto de ley de finanzas de 2025, he suspendido las inversiones y la contratación”, argumenta Patrick Martin.
“Los parlamentarios y el gobierno no son suficientemente conscientes del cambio económico que se está produciendo”
Fracasos: las cifras bajan en las regiones
La incertidumbre política y fiscal está lastrando visiblemente a las empresas. “Pedimos medidas de ahorro presupuestario, pero no en detrimento de la actividad económica y el empleo. Los parlamentarios y el gobierno no son suficientemente conscientes del cambio económico que se está produciendo”, concluye el presidente del Medef.
Un “cambio de rumbo” que claramente no esperó a que se tomaran decisiones presupuestarias. La tasa de desempleo del 7% a finales de 2023 aumenta al 7,4% y la Banque de France cuenta con un 8% el próximo enero. Los planes sociales y los cierres de establecimientos se multiplican, como Soler y Steris en Gironda, o los talleres de foie gras Rougié del grupo Euralis en Francia y también en la región. Las cifras de los tribunales de comercio de Agen, Angoulême, Bayona, Bergerac, Burdeos, Dax, Mont-de-Marsan, Pau, Périgueux y Saintes confirman la tendencia. Entre enero y octubre de 2024, 3.385 empresas se encontraban en dificultades. Había 2.998 al final del mismo período en 2023 y 2.084 en 2022.
Energía: ¿un “coste” demasiado?
No es de extrañar que la construcción ya no vaya nada bien: el sector está eliminando 10.000 puestos de trabajo al mes. Otro sector poco mencionado pero muy presente en Nueva Aquitania, donde cuenta con 14.000 empleados, es preocupante: la química. “Es uno de los sectores –como forjas y fundiciones, tratamiento de superficies, papelería, agroalimentario, etc.– que consumen mucha energía o tienen márgenes bajos y que se han visto claramente afectados por el aumento de los precios de la energía”, señala Olivier Lluansi, profesor del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios, ex asesor industrial de François Hollande y autor del libro “Reindustrializar, el desafío de una generación” (ediciones Les Déviations). “Francia debería haber protegido su economía comercializando parte de la producción nuclear a los fabricantes a precios competitivos para compensar el elevado precio del gas, pero no lo hizo”, lamenta.
El especialista en reindustrialización se muestra sorprendido por la acumulación de anuncios de dificultades por parte de las empresas en las últimas semanas “que responden a la tensión de los mercados y, sobre todo, a las incertidumbres políticas y fiscales”. Señala también dos indicadores preocupantes para el futuro: “las nuevas dificultades de financiación para las medianas empresas y la atracción de inversores extranjeros por Francia, que está en claro descenso”.
En resumen, el invierno para la economía francesa podría resultar duro.