El 13 de noviembre de 2024, la Red de Transporte Eléctrico (RTE) publicó las previsiones más optimistas de los últimos diez años en cuanto a la seguridad del suministro eléctrico para el invierno de 2024-2025. Después de años marcados por tensiones en la red, Francia puede tomarse un respiro.
Consumo controlado y mix energético reforzado
La situación está bajo control. Desde 2022, el consumo ha caído, prueba del esfuerzo y del compromiso de los franceses hacia la sobriedad energética, como celebró Agnès Pannier-Runacher, ministra de Transición Ecológica, en septiembre de 2023. Pero su entusiasmo parecía un tanto –deliberadamente– omitir que esta sobriedad era principalmente impuesta a los hogares que veían, día tras día, subir su factura energética… De todos modos, en 2024, el consumo global se ha reducido un 6% respecto al período 2014-2019, según el gestor nacional de la red RTE.
Esta tendencia marca una meseta después de años de declive. Una observación que alimenta el optimismo de RTE y que también está respaldada por una mayor capacidad de producción gracias al parque nuclear, que pudo proporcionar 47 gigavatios (GW) de electricidad en noviembre, o 9 GW más que en 2023. RTE prevé incluso una producción atómica de 50 GW para el mes de enero de 2025.
Las energías renovables siguen esta dinámica. De hecho, la producción hidroeléctrica ha alcanzado récords, con un aumento de casi el 40% respecto a 2023. Lo mismo ocurre con la energía eólica y solar, con la entrada en servicio de parques marinos como los de Fécamp y Saint-Brieuc.
Hacia exportaciones récord de electricidad
Otro punto significativo destacado por la RTE: Francia debería volver a afirmarse como exportador neto de electricidad. Con una producción de electricidad prevista en 85 teravatios hora (TWh) en 2024 por RTE (y 90 TWh por EDF), esto podría superar su récord de 2002, fijado en 77 TWh. A pesar de, La cuestión de la rentabilidad de estas exportaciones persiste, sobre todo porque los costes de desarrollo y los destinados a la construcción de nuevas infraestructuras, en particular la conexión de la producción procedente de fuentes renovables a la red nacional, son esencialmente responsabilidad de Francia (entre 100 y 150 mil millones de euros para 2035-2040).
Los productores franceses, por su parte, intentan, en la medida de lo posible, maximizar las oportunidades de mercado, como lo demuestra el reinicio excepcional de la central de carbón de Saint-Avold, anunciado el martes 12 de noviembre de 2024. Al mismo tiempo, el RTE afirma que las reservas de gas están llenas y que las centrales eléctricas de gas son capaces de garantizar un cierto equilibrio a nivel europeo. Por tanto, no hay cortes de luz ni de gas a la vista, aunque RTE recuerda que el riesgo cero no existe.