Suecia ha decidido detener 13 proyectos de parques eólicos en el Mar Báltico, alegando imperativos de seguridad nacional.
Defensa ante todo
La cancelación de proyectos eólicos en el Mar Báltico pone de relieve una prioridad clara: La defensa sueca prima sobre el desarrollo de las energías renovables. Las fuerzas armadas suecas, que dirigieron el estudio que condujo a la decisión, revelaron que las turbinas eólicas marinas podrían alterar gravemente los sistemas de detección, incluidos los radares y los sensores submarinos. Esta interferencia complicaría la detección temprana de amenazas, en particular submarinos o misiles hostiles, una cuestión especialmente delicada en una región donde el enclave ruso de Kaliningrado desempeña un papel estratégico. Romina Pourmokhtari, ministra sueca de Medio Ambiente, insistió en el “impacto inaceptable” que podrían tener estos parques, destacando la gravedad de la situación de seguridad.
La sombra de Rusia se cierne sobre la decisión sueca. Desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, Las tensiones geopolíticas en la región han exacerbado los temores de Estocolmo. El ministro de Defensa, Pål Jonson, no se anduvo con rodeos: Rusia representa una amenaza tangible, capaz de controlar rutas marítimas críticas. La membresía de Suecia en la OTAN demuestra la gravedad de la amenaza percibida. En este contexto, los parques eólicos se convierten en un potencial punto débil a proteger, porque pueden servir como objetivos o fuentes de interferencia para la seguridad marítima.
Transición energética ralentizada: un dolor de cabeza para Suecia
Suecia pretende duplicar su producción de electricidad para 2045, pero el cierre de estos proyectos socava esta visión. Con una capacidad combinada de 140 teravatios hora en juego, el desarrollo de la energía eólica marina es importante para satisfacer la creciente demanda.. Sin embargo, la decisión del gobierno de frenar estas iniciativas en favor de fortalecer la energía nuclear plantea muchas preguntas. El parque eólico Poseidón, recientemente validado, sólo proporcionará una producción limitada en comparación con las necesidades futuras.
El rechazo de proyectos por parte de empresas como RWE AG y Statkraft AS tiene importantes repercusiones económicas. Los constantes vientos del Mar Báltico ofrecían un enorme potencial para la energía eólica marina, pero los imperativos de defensa acabaron con estas perspectivas. Otros países de la región siguen de cerca los acontecimientos suecos, porque el Mar Báltico se ha convertido en un teatro estratégico.
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