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Los empleados de la fábrica de Stellantis en Douvrin sintieron que el viento cambiaba en las últimas semanas. Todos tenían un presentimiento de lo que eventualmente les sucedería. Este miércoles 23 de octubre cayó el hacha: como era de esperar, la producción del motor EP del grupo ya no se realizará en la planta de Pas-de-Calais.
La producción se detendrá definitivamente el 8 de noviembre y se trasladará a la planta de Opel en Szentgotthárd, Hungría. Un final anunciado desde 2021, pero que aún no tenía fecha prevista hasta ahora.
El cese de la producción del motor EP no significa que la planta de Douvrin vaya a cerrar inmediatamente. La fábrica seguirá ensamblando motores EB2 y DV-R para el grupo, pero esto todavía parece el comienzo de una lenta agonía.
700 empleados en la incertidumbre
La antigua empresa mecánica francesa emplea actualmente a 700 personas, para quienes el cierre parece inevitable. “Sentimos que la dirección quiere cerrar la puerta el año que viene, se siente con fuerza”susurró Régis Scheenaerts, secretario general de la CGT en Stellantis Douvrin, ante el micrófono de France Bleu a principios de octubre. “Cada mes, la dirección reduce la actividad, cierra líneas gradualmente. Es un proyecto a largo plazo y quieren terminarlo”.
Tras la decisión del grupo de deslocalizar parte de la producción, la CGT denunció “una situación inaceptable” asegurando “continuar pelear con los empleados”. Dejaron el trabajo y se declararon en huelga el jueves 17 de octubre frente al Salón del Automóvil de París, donde Stellantis presentó sus nuevos productos.
El grupo publicó este jueves sus resultados del tercer trimestre, registrando una caída del 20% en su facturación. Las ventas también están en caída libre (-17% en Europa), lo que obliga a Stellantis a ralentizar su producción, antes probablemente de tener que cerrar plantas, hipótesis confirmada por Carlos Tavares.
En resumen
La antigua Française de Mécanique está perdiendo gran parte de su actividad y un cierre inminente parece inevitable.
