Este percance en una entrevista de trabajo rara vez se menciona pero muchas veces resulta fatal para el candidato.

-

En una entrevista de trabajo todos queremos dar una buena impresión. Si algunos errores son obvios, se debe evitar otro más sutil pero frecuentemente mencionado por los reclutadores…

Ir a una entrevista de trabajo suele ser un momento estresante. El candidato quiere dar una buena impresión y poner todas las posibilidades de su lado para conseguir el puesto. Pero en ocasiones, determinadas conductas pueden perjudicarle sin que él sea consciente de ello.

Todo el mundo sabe que hay que evitar llegar tarde a una entrevista. Esta es la base. Tener un outfit descuidado, estar mal preparado, no conocer la empresa o el puesto al que postulas también son algunos de los errores que no debes cometer. Hay otros detalles en los que pensamos menos pero que pueden incomodar al reclutador. Por ejemplo, tener mal aliento o, lo que es menos molesto, tener una mirada furtiva que puede interpretarse como falta de confianza en uno mismo o de sinceridad.

Sin embargo, hay otro problema que los reclutadores mencionan con frecuencia, pero que no se enfatiza lo suficiente porque puede resultar difícil resumirlo en pocas palabras: se está haciendo demasiado. Al querer demasiado dar una buena impresión, algunos candidatos hacen todo lo contrario. Cala puede traducirse en hablar demasiado o incluso alardear demasiado para impresionar. Por supuesto, hay que resaltar tus fortalezas y logros, pero cuidado con no excederte. Esto puede volverse rápidamente contraproducente.

Monopolizar demasiado el piso no demuestra que esté interesado en el puesto. También hay que saber escuchar al reclutador para entender lo que realmente quiere y responder de forma relevante, sin hacer largas digresiones. Asimismo, tener confianza en uno mismo es una ventaja, pero no se debe caer en la soberbia comportándose como si el puesto ya estuviera adquirido. Podemos estar orgullosos de los logros pasados ​​sin embellecer la realidad y atribuirnos todo el mérito.

Un consejo: concéntrese en los elementos más importantes de su experiencia y personalidad que sean relevantes para el puesto. Por ejemplo, podemos apuntar a 3 o 4 activos clave para resaltar de forma concreta. También debes evitar banalidades como “soy perfeccionista” e ilustrar tus cualidades con resultados tangibles obtenidos cuando sea posible.

El candidato que hace demasiado se parece un poco al vendedor al que le falta sutileza y al que se ve venir desde lejos. Exagera en su discurso y gestos. No es natural, no es “correcto” y se nota. Cada reclutador tiene su umbral de tolerancia, pero en general quienes se exceden no dan una buena impresión.

En resumen, para tener una entrevista en buenas condiciones hay que prepararse bien pero también ser uno mismo. Destaca tus puntos fuertes sin exagerar y justifícalos si es posible con datos numéricos. Escuchar y responder de manera relevante, mostrar motivación e idoneidad para el puesto. Es este equilibrio y esta precisión a lo que debemos aspirar.

-

PREV EMPA y EPFZ brillan en la oscuridad con perovskita
NEXT Productos alimenticios de Vietnam presentados en Thaifex Anuga Asia 2024