De los 2,1 millones de coches de empresa en circulación en Francia a finales de 2023, más de la mitad (1,2 millones) corresponden a coches de empresa, de los cuales 1,1 millones tienen motores térmicos o híbridos.
Los empleados que se benefician de un vehículo de empresa pueden utilizarlo libremente para sus viajes profesionales y privados. El uso privado de estos vehículos está sujeto a un régimen fiscal específico, que de hecho es similar, según la ONG Transport & Environment, a “un nicho fiscal y social”.
Un subsidio indirecto a los fósiles
T&E, acompañada de la empresa ERM (Environmental Resource Management), realizó un estudio para cuantificar las reducciones fiscales de las que disfrutan los coches de empresa. “fósiles” (diesel, gasolina e híbridos). En concreto, el estudio permitió evaluar el importe de los impuestos y contribuciones pagados por empleados y empresarios por el uso privado de estos coches. Luego, esta cantidad se comparó con los impuestos y contribuciones que se habrían pagado si los gastos incurridos por el empleador para financiar los viajes personales de los empleados beneficiarios se hubieran pagado en forma de salario tradicional. sale un déficit para las arcas del Estado y de la seguridad social de casi 4 mil millones de euros (3,96 mil millones). Para la asociación T&E, la fiscalidad actual de la que se benefician los vehículos térmicos de empresa es similar a una “nicho moreno”. Sobre todo porque el vehículo se utiliza principalmente para fines privados. “Uno de cada cinco coches de empresa (20%) es en realidad un coche “salario” (o “legal”), asignado a un empleado que no necesita ser transportado al trabajo. El uso de estos coches es principalmente (ver exclusivamente). persona” sugiere T&E. Para los fines de su investigación, la ONG eligió la hipótesis según la cual, ” De media, el 65% de los desplazamientos realizados con coches de empresa son desplazamientos personales del empleado.
Vierta T&E, “El régimen fiscal acomodaticio del que se benefician los coches de empresa híbridos y térmicos es similar a una subvención indirecta a los combustibles fósiles”. Esto explicaría en gran medida la actitud expectante de las empresas francesas en la transición eléctrica de sus flotas (el 11% de los coches nuevos de empresa eran eléctricos en el primer semestre de 2024, frente al 25% de los coches nuevos matriculados por los hogares).
Fomentar la fiscalidad de la electricidad
Según la ONG, “El retraso de las empresas francesas podría agravarse aún más en caso de no renovación del decreto que permite a los coches eléctricos de empresa beneficiarse de una ventaja fiscal específica respecto a sus equivalentes térmicos, algo que sólo está previsto hasta finales de año”.
Para promover la ecologización de las flotas, La ONG aboga por una reforma fiscal tanto para las empresas como para los empleados. T&E considera, como mínimo, la necesidad de “Duplicar los paquetes de evaluación de beneficios en especie para el uso privado de vehículos de empresa, manteniendo al mismo tiempo la reducción de la que disfrutan actualmente los modelos eléctricos”. La ONG también ofrece “reducir las posibilidades de que los empresarios deduzcan de su impuesto de sociedades parte del coste de adquisición de vehículos de empresa de combustibles fósiles, hasta la completa eliminación de esta posibilidad en 2029”. Sin olvidar favorecer los coches eléctricos que hasta ahora se benefician de una reducción del 50% de la prestación en especie (con un límite de 1.800 euros al año) sin que en este se tengan en cuenta los costes de electricidad utilizados para recargar el vehículo eléctrico y abonados por el empresario. cálculo. Nueva presión para acelerar la ecologización de los parques empresariales.