un tercio de las fábricas amenazadas de cierre

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La industria automovilística europea atraviesa actualmente un período de turbulencias sin precedentes. Entre la caída de la demanda de coches eléctricos y los errores estratégicos de los fabricantes, el sector se enfrenta a grandes retos que podrían tener consecuencias dramáticas para el empleo y la economía del continente.

Un mercado cambiante

El mercado automovilístico europeo vive desde hace varios años una profunda transformación. La transición a lo eléctrico, inicialmente vista como una oportunidad de crecimiento, se está convirtiendo en un gran desafío para los fabricantes. la demanda de vehículos eléctricos está avanzando menos rápidamente de lo esperado, debido principalmente a la reducción o eliminación de las ayudas a la compra en varios países.

Esta situación tiene un impacto directo en la producción. Según los últimos datos, alrededor de un tercio de los mayores fabricantes europeos no están funcionando sus fábricas a plena capacidad. Marcas icónicas como BMW, Mercedes, Stellantis y Renault se ven afectadas. Algunos sitios solo funcionan al 50% de su capacidad, lo que representa una pérdida financiera considerable para las empresas.

Las causas de la crisis.

Varios factores explican esta preocupante situación:

  • El caída de las ventas de coches eléctricos por la reducción de las ayudas gubernamentales
  • EL errores estratégicos de determinados fabricantes en su transición hacia la electricidad
  • El Mayor competencia de las marcas chinas. en el mercado europeo
  • EL secuelas de la pandemia de Covid-19 y escasez de componentes

El ejemplo de Volkswagen es particularmente revelador. El gigante alemán está considerando cerrar dos fábricas e incluso ha rescindido un acuerdo de garantía de empleo de 30 años, allanando el camino para despidos masivos.

Las consecuencias para el empleo y la economía local

La industria del automóvil representa un pilar de la economía europea. Representa más del 7% de los empleos en el continente, o alrededor de 13 millones de empleados. Por tanto, los cierres de fábricas previstos tendrían un impacto considerable en el empleo, pero también en la economía de las regiones afectadas.

Las fábricas de automóviles suelen estar en el centro de ecosistemas económicos locales reales. Atraen a las familias de los empleados a las ciudades circundantes y crean actividad indirecta para empresas y servicios. Por tanto, su cierre podría tener un efecto dominó desastroso en regiones enteras.

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Los sitios más amenazados

Entre las fábricas más amenazadas podemos citar:

  • La fábrica de Renault en Douai, que ensambla el Renault 5 E-Tech
  • La planta de Fiat Mirafiori, que produce el Fiat 500 eléctrico
  • La fábrica de Audi en Bruselas, amenazada por las malas cifras de Q8 e-tron

Estos sitios son emblemáticos de las dificultades que enfrenta la industria. Por ejemplo, las ventas del Fiat 500 eléctrico cayeron drásticamente, con sólo 20.700 unidades vendidas en Europa entre enero y julio.

Las estrategias de los fabricantes ante la crisis

Ante esta situación, los fabricantes están adoptando diferentes estrategias. Volkswagen ha abandonado sus planes de construir una nueva fábrica en Alemania y se está centrando en reducir costes. Stellantis, por su parte, se enfrenta a una fuerte caída de beneficios y también está considerando medidas de ahorro de costes.

Mercedes, rezagada en el segmento de los coches eléctricos, está luchando por recuperar sus niveles de producción anteriores a la pandemia. La marca debe acelerar su transición hacia lo eléctrico gestionando al mismo tiempo la caída de la demanda de sus modelos térmicos.

Por el contrario, a Renault parece irle bien. El fabricante francés anunció recientemente contrataciones, impulsadas por sus buenos resultados comerciales. Esta excepción muestra que las estrategias adaptadas aún pueden dar frutos en este difícil contexto.

El futuro de la industria automovilística europea

El futuro de la industria automovilística europea es incierto. Los fabricantes deben afrontar varios retos simultáneamente:

  • Acelerar su transición a lo eléctrico gestionando al mismo tiempo la caída de la demanda
  • Frente a la competencia china cada vez más presente en el mercado europeo
  • Adaptar sus capacidades productivas a la nueva realidad del mercado
  • Preservar puestos de trabajo y capacidades en un contexto de reestructuración

Estos desafíos requieren una respuesta coordinada de la industria y el gobierno. Inversiones masivas en investigación y desarrollo, particularmente en Baterías y tecnologías de carga.será necesario para mantener la competitividad de la industria europea.

La crisis actual también podría acelerar la consolidación del sector, con fusiones entre fabricantes para aunar costes de desarrollo y producción.

Por último, la cuestión de la reconversión de las zonas industriales y la formación de los empleados en nuevas profesiones de electromovilidad será crucial para preservar el empleo y las capacidades en Europa.

La industria automovilística europea se encuentra en un punto de inflexión de su historia. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán decisivas para su futuro y el de millones de empleados en el continente. Una cosa es segura: el panorama automovilístico europeo se transformará profundamente al final de esta crisis.

Escrito por Albert Lecoq

Especialista en guías de compra de coches eléctricos, me apasionan las nuevas tecnologías y soy un firme defensor de la adopción de la tecnología eléctrica y la movilidad sostenible.

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