“Hace mucho tiempo que no veo a diputados y senadores sentados juntos, mezclados en la mesa y charlando en un ambiente tan agradable”, confiesa un senador cuando se le pregunta sobre la cena de las jornadas parlamentarias de LR en la abadía de Talloires, en el lago de Annecy, el jueves por la noche. Max Brisson, senador de los Pirineos Atlánticos, lo confirma: “Habiendo organizado las jornadas parlamentarias en Biarritz hace dos años, puedo decirles que no tiene nada que ver con la gran tensión que reinaba entre diputados y senadores”.
El nombramiento de uno de los suyos en Matignon, Michel Barnier, y su compromiso, ayer durante las jornadas parlamentarias en Annecy, de inspirarse en su pacto legislativo, ha sumido a diputados y senadores en una especie de euforia. “Estábamos en una muerte clínica y ahora nos estamos despertando de un coma”, resume el senador Patrick Chaize.
Una comparación con la época dorada de la UMP bajo el gobierno de Nicolas Sarkozy, cuando la derecha era mayoritaria en la Asamblea y el Senado, es, sin embargo, abusiva, porque si LR vuelve al poder, no tiene mayoría, aunque algunos, como Bruno Retailleau, presidente del grupo LR, presentan la relación de fuerzas de forma favorable. “En lo que respecta al Parlamento francés, somos el primer grupo. Si sumamos a los diputados y senadores, somos prácticamente 180. Es una fuerza indispensable”, calculó ayer, ante los periodistas, obviando el hecho de que sólo los diputados tienen el poder de derrocar al gobierno mediante una moción de censura y que el grupo de Laurent Wauquiez sólo cuenta con unos cuarenta diputados.
“Lo problemático hasta ahora era la arrogancia de los macronistas”
En esta configuración inédita bajo la V República, ¿cómo se desarrollará el trabajo parlamentario en la Cámara alta, donde la derecha con sus aliados centristas, aliados desde las elecciones europeas con los macronistas, es mayoritaria? “Habrá un trabajo de colaboración más fuerte con los diputados. La urgencia de la situación hará que todos tengan que dar un paso. Una lección de democracia sería encontrar una manera de avanzar que satisfaga a todos, alejándose del dogmatismo. Lo que era problemático hasta ahora era la arrogancia de los macronistas que pensaban que tenían razón contra todos. Eso me llamó la atención durante el último presupuesto. Hicimos propuestas objetivas para hacer ahorros. Todo fue barrido con el artículo 49.3 y nos encontramos en la situación actual”, insiste Patrick Chaize.
“Necesariamente reescribiremos menos los textos. Creo que el futuro gobierno escuchará al Parlamento. Para nosotros, será una manera diferente de trabajar, de hacer enmiendas en colaboración con el equipo de gobierno”, afirma la senadora de Yvelines, Sophie Primas.
El presidente de la comisión de Derecho, François-Noël Buffet, tiene algunas dudas sobre este cambio que se avecina. Recuerda que incluso cuando la derecha tenía todos los poderes, algunas reformas, como por ejemplo el mapa judicial, no se aprobaron como carta enviada por correo en la Cámara Alta. “No creo en una obra de lealtad, sino en una obra de construcción. Ese es el papel de la institución senatorial. No puede apartarse de su función”, insiste, y lo expresa así: “Lealtad al primer ministro e independencia del Senado”.
“Creo que serán más bien los macronistas los que tendrán que trabajar con nosotros”
La alegría de recuperar el poder puede hacer olvidar a algunos que tendrán que trabajar en una mayoría pluralista en la que están lejos de estar en una posición de fuerza en el Palacio Borbón. “Corresponde al primer ministro definir la base en la que pretende apoyarse. Y si los textos se inspiran en nuestro trabajo, en nuestros marcadores, no habrá dificultades. Aunque no pidamos la aplicación estricta de nuestras propuestas”, coincide Max Brisson.
“Creo que serán los macronistas los que tendrán que colaborar con nosotros. Será en ese sentido”, advierte Sophie Primas.
El jueves, ante los diputados electos, el Primer Ministro mencionó los trabajos recientes del Senado paralizados por la disolución, en particular las contribuciones de la Cámara alta al proyecto de ley de orientación agrícola que había sido ampliamente reelaborado en la comisión de asuntos económicos del Senado por el senador LR Laurent Duplomb.
“Laurent Wauquiez se aferra a Beauvau, pero los macronistas nunca lo aceptarán”
El ambiente de franca camaradería que se respira en el seno de la derecha no hace olvidar las ambiciones en pugna. Los parlamentarios de LR son conscientes de que los puestos en el Gobierno serán caros y de que se les reservarán como máximo diez carteras. “Encontrar un puesto para los pesos pesados será lo más complicado, porque no podemos ofrecerles un ministerio de segunda categoría. En caso de necesidad, será más fácil para los pesos pluma”, nos decía ayer un asesor del grupo.
“Laurent Wauquiez se aferra a Beauvau, pero los macronistas nunca lo aceptarán. En cuanto a Bruno Retailleau, estamos hablando de Bercy, un puesto en el que resultará menos embarazoso políticamente”, explica un senador.
Según el senador Laurent Duplomb, cercano a Laurent Wauquiez, la competencia entre los dos presidentes de grupo sería sana. “Estos dos hombres se llevan de maravilla. No hay una sola hoja de papel que separe sus visiones. Sabrán encontrar una solución para compartir puestos o para ejercer sus responsabilidades lo mejor posible”.
Una senadora sigue preocupada por la idea de que Laurent Wauquiez se una al gobierno. “No estoy segura de que le interese. Ya ha ocupado cargos ministeriales. Acaba de ser reelegido diputado y preside el grupo. También lo vamos a necesitar para reconstruir nuestra familia política”, subraya.
Sólo faltan unos días de espera para ver si esta hermosa unión de la derecha resiste a las ambiciones frustradas.
