Demasiados cruceros, construcción anárquica de hoteles, quejas locales… Grecia quiere luchar a su vez contra el turismo excesivo

Demasiados cruceros, construcción anárquica de hoteles, quejas locales… Grecia quiere luchar a su vez contra el turismo excesivo
Demasiados cruceros, construcción anárquica de hoteles, quejas locales… Grecia quiere luchar a su vez contra el turismo excesivo
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Lo esencial
El jefe de Gobierno anunció medidas para limitar los efectos del turismo masivo en su país. Se impondrá un impuesto a los pasajeros de cruceros que desembarquen en determinadas islas muy populares en verano.

El turismo, motor de la economía del país, alcanza niveles récord en Grecia, pero su desarrollo desenfrenado exaspera cada vez más a los habitantes locales. Sin cuestionar en profundidad su modelo, el primer ministro conservador ha anunciado algunas medidas para controlar esta actividad.

En su discurso inaugural en la Feria Internacional de Tesalónica, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis pidió “reducir los efectos del crecimiento rápido que a veces ocurre sin un plan, sin control y sin reglas”.
Los cruceros que congestionan los puertos griegos son el objetivo principal. Para limitar esta “enorme carga” que pesa sobre todo en las islas de Mykonos y Santorini durante el pico estival, se impondrá una tasa de 20 euros a los pasajeros de cruceros, explicó el primer ministro. El objetivo es también limitar el número de estos barcos que llegan al mismo tiempo.

El año pasado, unos 3,4 millones de turistas visitaron Santorini, famosa en todo el mundo por sus puestas de sol y sus casas blancas. A veces, en un solo día llegan a la isla hasta 17.000 turistas de cruceros. El alcalde de Santorini se muestra frustrado y lo califica de “saturación”.

Registros de asistencia

En los últimos años, Grecia ha registrado cifras récord de visitantes. Este sector, vital para la economía griega, representa una cuarta parte de su PIB. En 2023, el país de 10,4 millones de habitantes recibió más de 30 millones de visitantes, una cifra que podría volver a superarse este año.

Sin embargo, las consecuencias son dramáticas. Debido a la afluencia de personas en verano, muchas islas Cícladas se enfrentan a la escasez de agua; los trabajadores sanitarios están bajo presión y el sistema de recogida de basura es inadecuado. La calidad de vida de los isleños se ve gravemente afectada. Por no hablar de aquellos que no pueden quedarse porque su alojamiento se transforma en alquileres de corta duración y a precios excesivos.

En un informe publicado el pasado mes de junio, el Defensor del Pueblo de la República Helénica advirtió: “Si Grecia quiere mantener su industria turística, debe reducir la construcción desenfrenada, proteger sus recursos hídricos y las zonas costeras. Grecia no debe agotar su potencial y hacer que nuestros destinos turísticos pierdan atractivo con el tiempo”.

Construcción de hoteles

Los habitantes de la isla se han mostrado en contra del turismo masivo. “No es fácil criticar abiertamente lo que proporciona el sustento a la mayoría de los habitantes de la isla”, afirma Damianos Gavalas, originario de Paros. En esta isla de las Cícladas, las protestas cobraron impulso el verano pasado con un movimiento conocido como “el movimiento de la toalla”.

Damianos Gavalas y otros residentes indignados se manifestaron contra la proliferación de bares y tumbonas de pago que, a menudo, se instalan ilegalmente en las playas, privatizándolas de facto. Sin embargo, la ley griega garantiza el acceso libre y abierto al mar. “También denunciamos la construcción de hoteles y villas con piscina en todos los frentes”, dijo Haris Frantzis, que estuvo presente en las protestas en Paros. “Podemos hacer que se retiren las tumbonas y las sombrillas, pero las construcciones desfigurarán para siempre los paisajes y nuestro medio ambiente. Algunas consecuencias son irreversibles”, advirtió Haris Frantzis. “En Mykonos y Santorini, no hay vuelta atrás. Si permitimos que esto suceda, lo mismo ocurrirá en Paros y luego será el turno de otras islas griegas”.

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