Según la oficina del primer ministro Justin Trudeau, el dinero servirá para ayudar a Telesat a completar y operar la red satelital Lightspeed, lo que mejoraría los servicios de Internet en el país.
El gobierno liberal ha prometido conectar todos los hogares canadienses a Internet de alta velocidad para 2030.
Los conservadores consideran que la factura es demasiado elevada. El diputado Michael Barrett incluso preguntó directamente a Musk cuánto tendrían que pagar los canadienses para obtener este servicio de Starlinx, una empresa propiedad del multimillonario estadounidense.
“Menos de la mitad de esa cantidad [de 2 milliards $]”, respondió rápidamente el señor Musk.
“Me parece una solución de sentido común para los canadienses”, concluyó Barrett.
El presidente y director ejecutivo de Telesat, Dan Goldberg, lamenta el malentendido que rodea a esta ayuda financiera. Señala que se trata de un préstamo y no de una subvención. La empresa deberá seguir pagando un interés del 9%. También ha entregado al gobierno garantías por el 10% de las acciones ordinarias de Telesat LEO, una filial beneficiaria del préstamo.
El gobierno de Quebec también está involucrado, ya que otorgó un préstamo de 400 millones de dólares al proyecto.
“¿Nadie le preguntó a Elon si quería un préstamo de 2.000 millones de dólares del gobierno canadiense al 9% de interés y ceder el 10% de Starlinx?”, afirma Goldberg. “Su respuesta habría sido diferente”.
Tras la intervención de Barrett, el ministro de Innovación, François-Philippe Champagne, también entró en escena para acusar a los conservadores de querer vender la seguridad nacional.
“Los conservadores prefieren dar dinero a multimillonarios extranjeros en lugar de apoyar a nuestra industria y a nuestros trabajadores”, escribió en X. “Este préstamo ayudará a construir una red satelital de clase mundial y respaldará miles de empleos en Quebec”.
En una declaración, los conservadores sostuvieron que Starlinx habría sido una apuesta más segura. El crítico de innovación del partido, Rick Perkins, señaló que ya existía una plataforma que podía proporcionar servicios de Internet de alta velocidad ahora “sin llenar los bolsillos de los amigos liberales”.
Los conservadores también están tratando de vincular el préstamo con el ex gobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, quien fue designado recientemente para dirigir el Grupo de Trabajo sobre Crecimiento Económico del Partido Liberal.
La vicelíder Melissa Lantsman dijo a la Cámara de los Comunes que el director ejecutivo de Telesat, uno de los “buenos amigos” de Carney, había conseguido más de 2.000 millones de dólares en fondos de los contribuyentes para construir una red de banda ancha que otras empresas podrían haber construido por la mitad del precio.
El señor Goldeberg confirmó que el señor Carney era amigo suyo, pero que no tenía ninguna conexión con el préstamo.
Defensa nacional
Al anunciar el préstamo, la Oficina del Primer Ministro destacó que Telesat ayudaría a apoyar la modernización de la OTAN y NORAD.
Elon Musk se ha convertido en una figura controvertida en el ámbito político en los últimos años, especialmente desde que compró Twitter y lo rebautizó como X. A menudo utiliza la red social para difundir noticias falsas.
Por ejemplo, la semana pasada informó sobre una noticia falsa acerca de que se habían encontrado explosivos cerca de un mitin del candidato presidencial republicano Donald Trump. También sostuvo que Estados Unidos se convertiría en una tiranía si el expresidente no era elegido y cuestionó por qué nadie había intentado asesinar a Joe Biden o a Kamala Harris.
El Sr. Goldberg sugiere que hay buenas razones por las que este contrato fue adjudicado a una empresa canadiense.
“El espacio es un sector muy estratégico, en el que se invierte mucho. Si observamos lo que está sucediendo, los gobiernos suelen firmar acuerdos de asociación con operadores nacionales”.
Adam Lajeunesse, profesor asociado de la Universidad St. Francis Xavier, dice que el gobierno tiene razones legítimas para preferir una empresa canadiense cuando se trata de seguridad nacional y defensa del Ártico.
Si bien no tiene dudas sobre la capacidad de Stalink para satisfacer las necesidades de las Fuerzas Armadas canadienses actuales, es importante considerar cuál podría ser el destino de la empresa en las próximas décadas.
“Las comunicaciones estratégicas son vitales para las actividades de defensa en el Norte, por no hablar de las actividades civiles. Es peligroso tener un único proveedor, sobre todo si está fuera del control del gobierno”, afirma.
James Ferguson, investigador del Centro de Estudios de Seguridad y Defensa de la Universidad de Manitoba, coincide en que Musk es un partidario de Trump que a menudo se opone a la actual política exterior estadounidense.
Sin embargo, señala que el Pentágono había firmado contratos con SpaceX, otra empresa propiedad de Musk.
“Para los estadounidenses, no es un problema de seguridad”.
