En Ginebra, un informe sobre la introducción del salario mínimo en el cantón a finales de 2020 muestra que esta medida ha sido positiva para las mujeres. Los principales perjudicados son los hombres jóvenes de entre 18 y 15 años sin un diploma de secundaria II.
El estudio presentado el jueves fue realizado a petición del cantón por un equipo de la Haute école de gestion y de la Universidad de Ginebra. Su objetivo era analizar los efectos de la introducción del salario mínimo en el mercado laboral para verificar las hipótesis formuladas durante la campaña electoral. La izquierda y los sindicatos lo veían como una herramienta para reducir las desigualdades, mientras que la derecha y los círculos patronales temían un aumento del desempleo.
Según este estudio, las posibilidades de las mujeres de encontrar un empleo aumentaron un 6,5% en comparación con los hombres. “Me alegra ver que el salario mínimo ha reducido las desigualdades entre mujeres y hombres en el mercado laboral, aunque estas desigualdades, por desgracia, aún persisten”, señaló Delphine Bachmann, jefa del Departamento de Economía y Empleo.
Reducción del desempleo femenino
La primera parte del estudio, presentada en diciembre de 2023, mostró que el salario mínimo no había tenido un impacto global en la tasa de desempleo. Esta conclusión se confirma en esta segunda parte, que analiza los datos del desempleo por categorías. “Nuestros temores no se confirman, pero tampoco se disipan del todo”, señaló Pierre-Alain L’Hôte, presidente de la Unión de Asociaciones de Empresarios de Ginebra (UAPG).
Según el profesor José Ramírez, uno de los autores del estudio, el impacto específico sobre las mujeres se explica por el hecho de que la mayoría de los empleos con salarios bajos están ocupados por mujeres. Por tanto, el salario mínimo es un fuerte incentivo para que acepten un empleo. Al final, la duración del desempleo de las mujeres se ha reducido en relación con la de los hombres, pero sigue siendo mayor que la de los hombres.
Un mercado que se ha vuelto tenso
En el caso de los jóvenes de entre 18 y 25 años, la duración del desempleo sigue siendo inferior a la de las personas mayores, pero en menor medida que antes de la introducción del salario mínimo. Para estos jóvenes solicitantes de empleo con un nivel educativo relativamente bajo, el salario mínimo ha tenido el efecto de aumentar la probabilidad de que opten por salir del desempleo sin que nadie sepa lo que están haciendo. Sin embargo, es probable que estos jóvenes se hayan sentido alentados a reanudar o completar su formación.
Según el presidente de la Comunidad de Acción Sindical de Ginebra (CGAS), Davide De Filippo, estas conclusiones no son sorprendentes. La CGAS, que inició la iniciativa que llevó a la introducción de un salario mínimo en el cantón, se congratula por el efecto positivo en las mujeres. En cuanto a los jóvenes, señala que el mercado laboral se ha vuelto más difícil y pide a las empresas que den una oportunidad a los jóvenes que buscan trabajo.
ats/boi
