Clara Luciani vivió momentos difíciles cuando se mudó a París. El cuarto de servicio y los trabajos ocasionales eran su destino, le dijo a Paris Match.
No todo fue color de rosa cuando llegó a París y quiere que su hijo de un año sepa todo sobre su vida y su familia. “Mi recorrido vital, mis errores, las decepciones amistosas que pude haber tenido, pero desamores, mis inicios en la música”, explica en Paris Match.
El cantante y compositor, nacido en Martigues en 1992, llegó a la capital sin dinero. Si su París en la acequia es más reciente que el descrito por George Orwell, la artista dice que “tuvo muchos trabajos ocasionales: niñera, pizzera, azafata” para sobrevivir y pagar el alquiler de su casa. Y éste no era un palacio, ni mucho menos.
“Cuando llegué a París, vivía en una habitación de servicio de 9 m² que nunca conseguí calentar. Dormí en abrigo, con el fogón de la cocina encendido para calentarme”, recuerda quien también evocó sus recuerdos en su canción Allez.
No es para hacer de Cenicienta que Clara Luciani desea que su hijo sea consciente de los problemas que ella relata en sus canciones, sino con una finalidad educativa, para transmitirle sus valores. “Es una canción que me pareció fundamental para que mi hijo entendiera el valor de las cosas y del dinero. Quiero estar seguro de que tiene los pies en la tierra y entiende que es importante trabajar”, confió la nueva madrina de Star Academy.
Su álbum, Mon sang, que sale el 15 de noviembre, fue concebido mientras ella estaba embarazada. Es, dice, un mensaje para su “futuro hijo”. Con una conclusión muy positiva. “Estoy feliz de haber luchado durante tanto tiempo: eso es lo que me hace saborear cada minuto de mi vida”, asegura Clara Luciani, una auténtica trabajadora.
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