Vitalismo – Nicolas Michaux | la reseña de Goûte Mes Disques

Vitalismo – Nicolas Michaux | la reseña de Goûte Mes Disques
Vitalismo – Nicolas Michaux | la reseña de Goûte Mes Disques
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Salvo unos pocos privilegiados, nos quejamos a menudo (y con razón) de las dificultades crónicas que encuentran los artistas belgas en el mercado francés. Nicolás Michaux Evidentemente hay que incluirlo en esta categoría: su nuevo álbum ha tenido el honor de ser reseñado en Télérama o de retransmisión en France Inter, pero sigue siendo un completo desconocido en Francia, apreciado por una pequeña intelectualidad urbana: la versión parisina del público que asistir a sus conciertos en Bruselas, en definitiva. Al leer estas palabras, se podría pensar que Nicolas Michaux es el arquetipo del cantautor talentoso pero que una estima demasiado alta por su buen gusto musical le impide alcanzar notoriedad. Error: si hay algo que encarna el artista de Lieja es una sencillez cautivadora que hace que su música sea accesible a un público potencialmente enorme. Y Vitalismosu último álbum, resuena como la culminación de esta lógica.

Precisamente lo que nos salta a la vista con este tercer disco es que el camino recorrido desde la aventura verano 67 y el pop-rock para las jóvenes del Brabante Valón en busca de emociones fuertes es colosal. Entonces sí, ya nos habíamos podido hacer una idea bastante clara en sus dos álbumes anteriores, pero ahora tenemos la impresión de escuchar a un artista cuyo software ha sido completamente instalado, que no son necesarias más actualizaciones. Porque si sus discos anteriores a veces podían parecerse a gran parte de Quién es ? permitiéndonos identificar sus modelos en las canciones francesas y anglosajonas (va desde Serge Gainsbourg tiene David Byrne pasando por Yves Simón o Adán verde), la seguridad que muestra en Vitalismo le permite posicionarse en un “Franglais” intermedio que puede resultar muy incómodo para el 99% de los artistas, pero al que se adapta una vez más con esta placidez que a veces raya en la indiferencia – esto es particularmente perceptible en sus inflexiones vocales, que colocan está en algún lugar entre Baxter Dury y Arnaud Fleurent-Didier.

Musicalmente hablando, Nicolas Michaux, si bien se mantiene fiel a su hoja de ruta DIY-pop, continúa ampliando su enfoque, alimentando su distinguida escritura con nuevas ideas que se traducirán en tantas finas modificaciones de una fórmula base que funciona como un remedio para la rigidez y depresión, lo cual es aún más maravilloso porque este disco nació después de una dolorosa ruptura. Esta música fluctúa constantemente, se deja llevar por los vientos favorables y se toma todo su tiempo para mostrarnos su destino final, no siempre el que teníamos pensado, pero siempre aquel en el que es bueno estar. Es este elemento permanente de lo desconocido en la música que creíamos bien definido el que provoca en nosotros una sensación de plenitud absoluta, como si todo fuera bien en el mejor de los mundos posibles. Así que también podría decirles que en estos días realmente necesitamos un Nicolas Michaux en nuestras vidas.


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