Con el juicio del caso Pélicot, la mito del agresor (la de un monstruo que cometería violencia sexual en la sombra de un callejón) se deconstruye para dar paso a la idea de que las violaciones serían cometidas por el “Sr. Todo el mundo”, actuando en todo impunidad dentro de un sistema patriarcal. Si los televisores están siempre llenos de invitadas feministas, el estribillo ” No todos los hombres “No todos los hombres”, que simboliza una dicotomía entre violadores y hombres de bien, sigue presente en los debates y en las redes sociales.
Por último, los hombres como grupo social y su responsabilidad en la perpetuación de la violencia machista y sexual están en el centro del tema y del proceso. Sin embargo, su presencia es escasa en las manifestaciones de apoyo a Gisèle Pélicot. Entre los que culpabilizan a la víctima y los que firman una hoja de ruta contra la dominación masculina, ¿dónde se sitúa la mayoría silenciosa? ¿Deben mantener un perfil bajo o sumarse a la lucha feminista? En medio de este revuelo mediático, ¿por qué la mitad de la población permanece en silencio cuando se trata de apoyar a una víctima de violación?
Hablamos de ello en el teléfono suena con Camille Froidevaux-Metteriefilósofo y profesor de ciencias políticas, Mathieu Palainperiodista y autor de Nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amigos (Les Arènes, 2023) y Felix Lemaîtreperiodista, autor de La noche de los hombres (JC Lattès, 2024)