Luca not dead: a 37 años de la muerte de un ícono del rock nacional
Cuando Luca versionó con Sumo, el clásico villancico navideño, «Noche de paz», seguramente nunca imaginó que se iría de este mundo apenas 2 días antes de las vísperas de la navidad de 1987, un 22 de diciembre, dormido y ahogado en su propio vómito. Aunque padecía cirrosis, tarde o temprano la parca se lo iba a llevar igual.
Luca llegó a Argentina desde Inglaterra, escapando de la heroína, droga que ya había matado a su hermana pero en el lejano país del sur americano encontró otro veneno: la ginebra. Si bien es cierto que Luca se alargó un par de años al venir a la Argentina, también es verdad que en estas tierras selló finalmente su destino.
Había nacido en Italia, estudió en los mejores colegios de Escocia, y vivió en Inglaterra donde se embebió de las principales influencias rockeras de las que posteriormente se nutriría Sumo, cuya primer formación estaba integrada por Luca en voz, Germán Daffunchio en primera guitarra, Ricardo Curtet en guitarra rítmica, el bocha Sokol en bajo y Stephanie Nuttal en batería, una joven inglesa que fué pareja de Prodan.
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Cuando estalló el conflicto de Malvinas, la baterista tuvo que volverse a Inglaterra y su lugar fue ocupado por Sokol. A su vez Diego Arnedo ingresó en lugar vacante que había dejado el «bocha» en el bajo.
Sokol finalmente abandona los parches de Sumo en 1984 y al poco tiempo ingresa en su lugar Superman Troglio, también se suma en guitarra Ricardo Mollo proveniente de MAM y posteriormente el último en sumarse en Roberto Pettinato en saxo, siendo esta última la formación «clásica» de Sumo que se mantendría hasta la muerte de Prodan y la consiguiente disolución del grupo.
Hay cientos de anécdotas que retratan lo personaje que era Luca Prodan, muy querido. Estaba lejos del «rock star inalcanzable», todo lo contrario, era muy cercano al público y empático: Una de las tantas historias cuenta que venían en el micro de la banda junto a un par de fans, y Luca para que uno de ellos pudiera descansar, le cedió el asiento y él vino durmiendo en el piso del bus. Así era Luca.
Si hay algo que Luca aportó al rock nacional son su actitud descarada e irreverente y hermosas canciones que abordaban una multiplicidad de géneros musicales como el reggae en varios temas: Breaking Away, 1989 (No tan distintos), o el reggae de paz y amor; el punk en «El ojo blindado», lentos en canciones como «Heroína» o «Mañana en el abasto», fusión de estilos en «Crua Chan» por citar algunas de una larga lista.
Luca fue una presencia fuerte en vida «y en vivo». Su figura se tornó mítica luego de su fallecimiento. Sumo no lo sobrevivió sencillamente porque Luca era Sumo. Luca not dead.
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