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medio siglo de ‘El jovencito Frankenstein’

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eres un Mel Brookscon apenas cinco años, no lo hubieran llevado al cine a ver frankenstein con su hermano, ¿sería el mundo hoy un lugar más gris y menos irónico? Imposible saberlo. Pero quizás no tendríamos El jovencito Frankensteinesa comedia que tomó al monstruo clásico del terror de los años 30 y lo sumergió en un torbellino de carcajadas. Brooks profanó el mito con su característica irreverencia, y en el proceso, creó otro clásico.

Estrenada un 15 de diciembre de 1974, El jovencito Frankenstein nació del genio compartido entre Brooks y su cómplice creativo, Gene Wilder. Wilder, con su melena de loco y su ternura subyacente, no solo protagonizó el filme como Frederick Frankenstein —”se pronuncia Fronkensteen”—, sino que también coescribió el guion junto al director. La idea fue de Wilder, nacida entre descansos del rodaje de Sillas de montar calientes. Y aunque los ejecutivos insistieron en reemplazar a Wilder, Brooks, fiel a su instinto, ignoró las presiones y apostó por su amigo.

El resultado fue un homenaje delirante al cine de terror de los años 30, específicamente al frankenstein de ballena james (1931), que a su vez era una adaptación teatral de la novela de Mary Shelley. Y aquí nos detenemos. Shelley, esa joven inglesa de imaginación gótica, ideó su “moderno Prometeo” en el verano de 1816, junto al lago Léman, mientras compartía noches de historias de miedo con su marido Percy, Lord Byron, y John Polidori. Lo que Shelley no podría haber imaginado es que, más de un siglo después, el monstruo de su pesadilla resucitaría una vez más, esta vez para hacernos reír.

De Shelley a Brooks: un monstruo con mil caras

En El jovencito Frankenstein, Gene Wilder interpreta a Federiconieto del infame Victor Frankenstein. Profesor universitario con una marcada aversión a su linaje, Frederick hereda el castillo de su abuelo en Transilvania y, pese a su resistencia inicial, termina cediendo a la tentación de seguir los pasos de su ancestro. Acompañado por un séquito inolvidable —el jorobado Igor (Marty Feldmancon su mirada chispeante), la radiante Inga (Teresa Garr) y la sombría Frau Blücher (Cloris Leachman)—, Frederick emprende el experimento de devolver la vida a un cadáver. El resultado: un monstruo entrañable, interpretado por Peter Boyle, que canta y baila Puttin’ on the Ritz con su creador en una escena que ha envejecido como el buen vino.

Brooks y Wilder lograron un equilibrio perfecto entre homenaje y parodia. La película fue rodada en blanco y negro para capturar la atmósfera de las películas de terror clásicas, y el laboratorio que aparece en pantalla es el mismo que utilizó James Whale en su versión de 1931. Este detalle, más que un guiño, es una declaración de amor al cine. “Quería que todo se sintiera auténtico, aunque fuera una comedia“, dijo Brooks.

El arte de reírse de los mitos

La comedia de Brooks tiene el poder de tomar algo sagrado y transformarlo en un carnaval absurdo sin que pierda su esencia. En El jovencito Frankensteinel humor nunca trivializa la narrativa original; más bien, la potencia. La criatura sigue siendo un reflejo de la humanidad: incomprendida, rechazada, pero desesperada por conexión. Y si bien los accidentes cómicos y los chistes visuales son el alma del filme, hay una melancolía sutil en su monstruo, una humanidad que Peter Boyle transmite con delicadeza.

Pero, claro, esta es una comedia de Mel Brooks, y los momentos hilarantes abundan. El jorobado Igor, que cambia de lado la joroba cada vez que aparece en pantalla. La siniestra Frau Blücher, cuyo nombre provoca que los caballos relinchen de terror. O la escena en la que Wilder y Boyle se entregan a un número musical inesperado, tan ridículo como glorioso.

Un éxito inmortal

La película, que costó menos de tres millones de dólares, recaudó 90 millones y se consolidó como una de las mejores comedias de la historia, según el American Film Institute. El legado de El jovencito Frankenstein también incluye una adaptación musical para Broadway y una multitud de homenajes y parodias que demuestran su influencia duradera.

En 2023, el documental Remembering Gene Wilder revivió el recuerdo del actor, fallecido en 2016 a los 83 años. Mel Brooks, que cumplió 98 años en 2024, reflexionó sobre su amigo con la mezcla de humor y nostalgia que lo caracteriza: “Lloré mucho cuando Gene murió. Pero, como él diría, el espectáculo debe continuar. Y para mí, el secreto para llegar a los 98 es simple: no morir“.

El monstruo sigue vivo

A 50 años de su estreno, El jovencito Frankenstein sigue siendo una obra maestra de la comedia, un ejemplo de cómo el humor puede revitalizar incluso los mitos más antiguos. La frase “¡Está vivo!” resuena no solo como el grito de triunfo del Dr. Frankenstein, sino también como un recordatorio de que las historias, cuando se cuentan con amor y creatividad, nunca mueren.

El cine de Brooks, con su capacidad para reírse de lo solemne y hacer de lo absurdo algo brillante, es el equivalente cinematográfico de ese rayo que da vida al monstruo. Es una chispa de genialidad que ilumina la pantalla, desafiando las normas, profanando los clásicos y recordándonos que, en el arte —como en la vida—, siempre hay espacio para la risa.

Dónde ver ‘El jovencito Frankenstein’

El jovencito Frankenstein está disponible para su compra o alquiler en Amazon Prime Video. Los usuarios pueden acceder a esta comedia clásica dirigida por Mel Brooks, que parodia el famoso personaje de Frankenstein, a través de la plataforma.

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