Este lunes 9 de diciembre Arte transmite morir para amaruna conmovedora película dirigida por André Cayatte con Annie Girardot en el papel principal. ¿Pero está éste inspirado en una historia real?
“Mientras el mundo nos juzga. Sólo veo un refugio para nosotros. Cualquier resultado está condenado al fracaso. Morir para amar”cantó Charles Aznavour en morir para amar en el album No, no me he olvidado de nada. en 1971. Si bien nunca se ha establecido el vínculo entre este éxito y la película Mourir d’aimer de André Cayatte, estrenada el mismo año, resulta que se trata de la misma historia: la de un profesor que inicia una relación íntima relación con uno de sus alumnos. Un amor prohibido encarnado en la pantalla por Annie Girardot, que interpreta el papel de Danielle, una profesora de 36 años que se deja conquistar por la pasión pasando tiempo con uno de sus alumnos, Gérard, de 16 años y medio. Pero cuando los padres del adolescente descubrieron esta relación, presentaron una denuncia por malversación de menores contra el profesor.
Emitido este lunes 9 de diciembre por Arte, morir para amar advierte en la inauguración: “Como los personajes de esta película son imaginarios, cualquier parecido con personas vivas o existentes es pura coincidencia”. Sin embargo, su parecido con una noticia que tuvo un profundo impacto en la justicia francesa y suscitó un verdadero debate social, invita a la comparación. Cuando en la primavera de 1968, mientras Francia se calentaba con grandes manifestaciones y una huelga general, Gabrielle Russer, profesora de literatura, inició una relación con uno de sus alumnos, Christian Rossi, de 15 años.
¿Cómo termina la historia de Gabrielle Russer?
Opuestos a esta relación, los padres del joven presentaron una denuncia contra Gabrielle Russer, que fue detenida y encarcelada antes de comparecer ante el tribunal penal de Marsella. Luego fue condenada a doce meses de prisión, una multa de 1.500 francos y un franco de indemnización simbólica para los padres de Christian Rossi. Marcada para siempre por esta historia, que quedó registrada en sus antecedentes penales, Gabrielle Russer se suicidó el 1 de septiembre de 1969 en su apartamento de Marsella, asfixiándose con gas. “Fue amor. […] Nos amábamos, la metimos en prisión, ella se suicidó. Es simple”había confiado Christian Rossi a Nuevo observador en 1971, mientras que esta historia desencadenó una polémica en Francia en relación con las relaciones románticas, el consentimiento y la mayoría de edad sexual.
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