Las películas animadas para adultos –o, al menos, para adolescentes– son lo suficientemente raras como para generar interés.
Los colores oscuros, el tema maduro de esta película de animación en detener el movimiento tener algo que sorprender. Y las referencias más “adultas” también… como la alusión a Kierkegaard, la referencia a Sylvia Plath o la de Diario de Ana Frank.
Grace Pudel (con la voz, en la versión original, de Sarah Snook), una mujer solitaria, le cuenta la historia de su vida a su caracol, quien responde al dulce nombre de Sylvia. Descubrimos que tenía un hermano gemelo (con la voz de Kodi Smit-McPhee), que su madre murió al darlos a luz, que la operaron cuando era pequeña, que su padre quedó parapléjico, etc.
FOTO PROPORCIONADA POR DISTRIBUCIÓN MÉTROPOLE FILMS
La vida de Grace no es divertida, pero estos Memorias de un caracol están iluminados por el encuentro de Grace con Pinky (voz de Jacki Weaver), una excéntrica anciana con enormes gafas rojas y una de cuyas hazañas de armas es haber jugado ping-pong con Fidel Castro.
Si la historia imaginada por Adam Elliot seguramente te hará derramar algunas lágrimas (y también podemos apostar que el largometraje será nominado al Oscar), es la atención al detalle lo que impresiona, ya que el cineasta y guionista ha creado con esmero este universo visual excepcional, formado por mil y un objetos cotidianos que dan cuerpo y corazón a estos Memorias de un caracol.
Memorias de un caracol llega a las pantallas el 8 de noviembre.
Calificación: 4 sobre 5
Related News :