Los números no mienten. Y por primera vez desde que este maldito coronavirus dejó de ser noticia, ya no avanzan sino que se hunden en números rojos. En Estados Unidos, el mayor mercado del mundo, a pesar del fuerte resurgimiento de las producciones de Disney, las taquillas del cine recaudaron “sólo” 8,750 millones de dólares. Se trata de una caída del 3,3% respecto a los 9.040 millones de dólares de 2023. Esto demuestra que no será fácil alcanzar los 11.300 millones de dólares de 2019, o incluso simplemente los 10.900 millones de dólares de 2013, hace doce años. Sin embargo, los gastos siguen disparándose. En 2024, los grandes estudios habrán desperdiciado 126 mil millones de dólares en todos sus contenidos (TV, cine, streaming), un aumento del 9% respecto al año anterior.
La taquilla mundial en caída libre
A nivel mundial, está surgiendo la misma tendencia. Con un descenso un poco más vertiginoso. Las arcas de los productores aumentaron en los últimos doce meses 32.300 millones de dólares, un descenso del 4,7% frente a los 33.900 millones de dólares de 2023. Sin embargo, los contables de Hollywood contaban con un crecimiento continuo del 5,5% hasta 2029. Según esta lógica, la taquilla debería, por tanto, ascienden a 43,27 mil millones al final del año, y a 53,67 mil millones antes de entrar en la década de 1930. Predicciones que hoy en día parecen poco realistas, sobre todo teniendo en cuenta la frenética competencia del streaming.
Por lo tanto, el séptimo arte podría aterrizar con los pies en la tierra este año, salvo un auge cinéfilo generado en particular por las 110 películas de Hollywood (15 más que el año pasado) previstas, como Avatar: Fuego y Ceniza, F1, Superman o Zootopía 2. Una cosa es segura: 2025 será un año crucial para el futuro del cine.