Al pie de los Andes
El director franco-argentino Pablo Agüero nació en 1977 en Mendoza, Argentina, al pie de la cordillera de los Andes. Montañas temidas por los aviadores y que Antoine de Saint-Exupéry conocía bien. Nombrado director de operaciones de Aéropostale en Argentina en 1929, el autor de principito Los sobrevoló durante cinco días consecutivos al año siguiente para encontrar a su colega y amigo Henri Guillaumet, atrapado en una tormenta de nieve y abandonado con su avión a más de 3.200 metros de altitud. Es este episodio de la vida del escritor el que Pablo Agüero relata en Saint-Ex, una película en cines el 11 de diciembre, con Louis Garrel, Diane Kruger y Vincent Cassel en los papeles principales.
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Una infancia en un barrio pobre
Hijo único y abandonado, que vive solo con su madre psicóloga a tiempo parcial. En la educación nacional, Pablo Agüero creció en un barrio pobre sin agua ni electricidad, con láminas de plástico como paredes. Se escapó a través del dibujo, su primera pasión, y de la lectura, que aprendió por su cuenta y dominó a los 5 años. El Principito, uno de los libros de su madre, es uno de los primeros cuentos que lee. Mostrándole que podemos “recrear la realidad a través del poder de la imaginación y proyectarse hacia otros universos”, se convierte en un libro para él de “supervivencia emocional”.
Salvado por el cine
Después de una adolescencia dibujando cuentos ilustrados a la luz de las velas que fotocopiaba y luego intentaba vender, Pablo Agüero tenía sueños de cine que su situación social hacía inaccesibles. Roba la cámara de 35 mm de un colegio privado donde conoce a un alumno. La película está caducada, pero logra rodar una película. Tras un montaje provisional, fue invitado a Toulouse en 2001, en el marco de un festival que ayudaba a directores argentinos víctimas de la crisis económica a completar sus películas. Al carecer de billete de vuelta, vive sin dirección ni papeles entre Francia y España. En 2006, se unió a la residencia Cinéfondation en el Festival de Cannes, que apoya a jóvenes cineastas extranjeros. Ese mismo año, su cortometraje Primera nevada Obtuvo el Premio del Jurado en Cannes y fama internacional. “Hoy tengo la nacionalidad francesa y soy una pequeña burguesía parisina”. dijo sonriendo.
Movilizadas por la causa de las mujeres
Al crecer durante la dictadura militar argentina (1976-1983), criado por su madre, Pablo Agüero se volvió íntimamente consciente de la violencia social y el patriarcado. “Cuando eres una joven sola en la calle como lo era mi madre, la violencia, la sexualización, está todo el tiempo y en todas partes. » De allí surgen sus primeras revueltas, como su deseo de hacer películas cuyos protagonistas suelen ser mujeres. Cuenta así la historia de la relación entre una madre soltera y su hijo en Salamandra (2008), pinta el retrato de una mujer embarazada abandonada en 77 Doronía (2009) o filma el juicio por brujería de seis jóvenes vascas en Las brujas de Akelarre (2020). Con Saint-Ex, va más allá de sus temas favoritos para dar vida a una película que “lleva semilla” desde la niñez.