No había planeado filmar en Tokio. Tampoco filmar a Romain Duris hablando japonés. Sin embargo, eso es lo que hizo el director Guillaume Senez con la desgarradora “A Missing Part”, que se estrena este miércoles en los cines. Este drama conmovedor y delicado cuenta las andanzas de un francés que busca desesperadamente en Tokio a su hija, secuestrada nueve años antes por su madre, una mujer japonesa. Y que choca con la justicia pasiva.
En 2018, el director fue a presentar su anterior película, la sublime “Nos Batailles” (ya con Duris), en el país del sol naciente. Allí, “por casualidad”, conoció a estos hombres o mujeres que, tras una ruptura matrimonial, ya no tenían ningún vínculo con su hijo porque, en Japón, la regla es la custodia exclusiva de uno de los dos padres. Atónitos y abrumados, Guillaume Senez y Romain Duris decidieron convertirlo en el tema de su próximo largometraje.
“Romain lleva mucho tiempo soñando con rodar en Japón, país del que es un gran admirador”, explica el cineasta. Para mí había una continuidad entre este tema y Nos Batailles (que presenta a un padre cuya esposa se va de casa sin dejar dirección). » Senez descubrió que 150.000 niños pierden contacto con uno de sus padres cada año. Se reunió con abogados y padres y madres preocupados.
Entre ellos, Vincent Fichot. Este francés de 42 años vivió durante dieciséis años en Japón, donde fue comerciante y estuvo casado con una japonesa. El 10 de agosto de 2018, cuando regresó a casa del trabajo, su esposa había vaciado la casa y se fue con su hijo Tsubasa, de 3 años, y su hija Kaede, de 11 meses. Desde entonces no ha tenido noticias de sus hijos. Ha iniciado numerosas acciones legales en Japón, iniciado procedimientos ante el Ministerio francés de Asuntos Exteriores, Interpol, la ONU y llevado a cabo una huelga de hambre en julio de 2021 durante los Juegos Olímpicos de Tokio. En vano.
La misma “incomprensión”, el mismo dolor
Cuando Guillaume Senez le habló de su proyecto, el ex financiero vio en él una oportunidad para que su lucha fuera reconocida y avanzara en su causa. Desde hace seis años, Vincent Fichot “lo ha perdido todo, o más bien lo ha dado todo”. Gastó casi 300.000 euros en detectives privados y honorarios de abogados. Hace un año y medio, se vio obligado a divorciarse, lo que provocó que su nombre fuera borrado de los registros familiares de sus hijos. Terminó abandonando Japón. “La película puede crear conciencia”, cree.
Cuando descubrió “Una parte perdida”, Vincent Fichot, muy emocionado, reconoció en el viaje del héroe interpretado por Romain Duris su “incomprensión” ante la separación de sus hijos, el dolor de vivir en una casa vacía y la apoyo de sus seres queridos durante esta terrible experiencia. Hoy en día, este hombre de 40 años todavía espera recibir ayuda de las autoridades francesas.
Mientras tanto, trabajó en la aplicación móvil Find My Parents: combinando múltiples datos y software de reconocimiento facial, tiene como objetivo ayudar a los niños que quieren encontrar a sus padres. Además, la policía ucraniana utiliza ahora esta herramienta para buscar niños secuestrados por los rusos.
Instalado con sus padres en el sur de Francia, Vincent Fichot intenta ahora “reposicionarse económica, psicológica y físicamente”, “para que algún día los pequeños, si quieren, (el) encontrar, estar orgulloso de (a él) ».
Drama francés, belga y japonés de Guillaume Senez, con Romain Duris, Judith Chemla, Mei Cirne-Masuki… (1h38)