Retrato mordaz de la Rumania contemporánea, la película muy cáustica de Radu Jude se afirma como una vorágine radical que alterna comedia negra, road movie, fábula absurda y sátira del capitalismo. Un llamativo mosaico lanzado el 1 de mayo, ganador del premio especial del jurado en el festival de Locarno en 2023.
Bucarest, hoy en día. Ángela (Ilinca Manolache), una asistente de producción que trabaja como una bestia de carga por un salario miserable, es la encargada de encontrar gente para una película sobre seguridad laboral encargada por una multinacional alemana. Problema: el trabajador contratado revela que su accidente se debió a la negligencia de esta famosa multinacional.
Al mismo tiempo, Angela publica historias en Instagram durante su viaje donde, adornada con bigote y calva, imita la obscenidad misógina del influencer masculinista Andrew Tate, arrestado en Rumania y acusado de trata de personas y de violación. Además, su camino se cruza con Dorina Lazar, actriz que protagonizó una película rumana de 1981, “Angela Goes On”, de Lucian Bratu.
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Energía desbordante
Tomando prestado su irónico título de una frase del poeta polaco Stanislaw Jerzy Lec, “No esperes demasiado del fin del mundo”, nos sumerge inmediatamente en una vorágine vertiginosa de referencias literarias, cinematográficas y filosóficas. Deliberadamente espesa en su duración, casi dos horas y cuarenta horas, la película estrenada el 1 de mayo funciona en un formato explotado que alterna las imágenes en color de esta antigua película rumana con las actuales, rodadas en blanco y negro granulado.
Desconcertante al principio, este montaje acaba creando un diálogo subterráneo entre la Rumanía presente y la pasada, encarnado por estas dos Ángelas en el corazón de una historia que abraza la energía loca y desbordante de su heroína. Una especie de Cenicienta destrozada que se dedica a mascar chicle, responder a los automovilistas que la insultan y burlarse del virilismo exagerado en las redes sociales.
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Un mosaico corrosivo
Resueltamente iconoclasta, Radu Jude critica la vulgaridad de nuestra era aplastada bajo el peso del capitalismo y pinta un retrato desilusionado de Rumania en esta obra de ironía jubilosa y libertad loca. Con un sentido caricaturesco exacerbado, el cineasta fascina aún más cuando hace malabarismos con imágenes impuras (estética de Instagram, imaginería publicitaria), como ya lo había hecho en “Bad Luck Banging or Loony Porn” (2021), donde todo partía de una Vídeo sexual filmado por un profesor que pronto fue destruido por los padres de los alumnos.
El resultado es una película brillante, cercana a un mosaico corrosivo donde la comedia negra se encuentra con la sátira punk, la road movie, el documental y la farsa subversiva. Obras tan singulares, radicales, excesivas como “No esperes demasiado del fin del mundo” no son populares en los cines. Razón de más para correr hacia esta rara pepita que promete un viaje lleno de acontecimientos en territorio rumano.
Rafael Lobo/ld
“No esperes demasiado del fin del mundo” de Radu Jude, con Ilinca Manolache, Nina Hoss, Katia Pascuriu, Uwe Boll. Se podrá ver en los cines francófonos desde el 1 de mayo de 2024.
