reseña de una noche de arrastre

-

despues del sol

Los sábados por la noche a veces me decepcionan, sobre todo en el cine. Para aquellos que frecuentan regularmente las fiestas nocturnas o libres, las escenas de discotecas rara vez son representativas. Lista de reproducción genérica de bass house, edificios gigantescos, bailarines sobrios vestidos como en la semana de la moda, ausencia total de “¿No tienes chicle?” » susurró al oído… Las ubicaciones nocturnas de Zumba son meros escenarios para la mayoría de las películasya sea que se centren en las peleas que allí se desarrollan, en la sensualidad de las jóvenes que por allí se mueven o en los peores de sus excesos.

Frente a la cámara de Anthony Lapia, el objeto se convierte en sujeto. No se trata de utilizar este entorno tan particular para contar algo más, pero perderse en una fiesta tecno ordinariacodearse con el sudor de las bailarinas en trance, con los fumadores reincidentes, con los roces cotidianos, con la excitación artificial de las sustancias, con los deseos nacientes. Y luego, llega ese momento en el que dos figuras (Louise Chevillotte y Majd Mastoura) se destacan entre la multitud para celebrar una fiesta posterior en casa, lejos de la fiesta que, sin embargo, continúa en pleno apogeo.

type="image/webp">>
fiesta gratis

Deliberadamente más centrado en la inmersión y la atmósfera que en la narración, Después tiende sólo a capturar este momento apartey lo hace bien. Desarrollada con varios actores de la escena techno (algunos, como Znzl, figuran entre los extras de la velada), rodada en 16 mm y acompañada de un decorado de Panzer, sumerge al espectador en el ritmo y las formas, provocando en casa la hipnosis. Efecto buscado por los fans de la música electrónica.

No distinguiremos mucho del lugar de acción: su único horizonte es la masa de cuerpos que se mueven, discuten y se dejan llevar. Una belleza nocturna que puede extenderse al silencio o no, al sexo (también alejado de los clichés cinematográficos) o no.

type="image/webp">>
Un poco de belleza y… un poco de molestia.

Crepúsculo de los ídolos

Pero incluso si eso significa abrazar la belleza de la noche sonora, Lapia no pretende descuidar ninguno de sus aspectos. Aquí, describe la fiesta como un momento de emoción social entre dos tomas de la realidad, entre dos viajes en Uber. La fascinación que ejercen estas pocas horas proviene también de la paradoja que las constituye, entre el éxtasis artificial de la música sintética, del MDMA, y las luchas muy concretas que esperan a primera hora de la mañana a una fauna integrada en el entorno urbano.

type="image/webp">>
esperando el dia

Es en esta discrepancia donde se desliza Despuésdescribiendo tan torpemente como sus personajes los momentos de vergüenza que acompañan a la apertura a los demás. Dos personas en un apartamento, por ejemplo, buscando puntos en común… lo que evidentemente resultará político. Distorsionados por la situación, los discursos son a veces prefabricados, completamente desilusionados o combativos. Declamadas en la esquina de un edredón, también son contradictorias. Pero la película concluye en estos términos: por muy ingenuos que sean, son ellos quienes acercan a esta población a la noche, buscando algo mas.

Por tanto, este primer largometraje está muy lejos de ser perfecto, pero tiene el mérito de honrar este entorno ahora conocido por todos, gracias a una rara sinceridad. A los iniciados les surgirá el deseo de organizar su próximo fin de semana, los demás tal vez un deseo de descubrimiento (y grandes patadas salvajes). Afortunadamente el bamboche aún no termina.

type="image/webp">>

-

PREV El maravilloso mundo de Michel Gondry, de la A de animación a la V de Vian
NEXT Por qué James McAvoy rechazó este papel en Harry Potter