Cada año se repite el mismo ritual en los hogares. Después de abrir los regalos bajo el árbol de Navidad, la vida cotidiana vuelve a su lugar y el gigante espinoso debe abandonar su techo. Pero desde hace varios años, los abetos parisinos pueden disfrutar de una segunda vida.
La ciudad de París también señala que el abeto triturado es muy útil desde el punto de vista ecológico. Por tanto, se invita a los residentes de la capital a dejar su árbol de Navidad, entre el 26 de diciembre y el 20 de enero, en uno de los 181 puntos de recogida que se enumeran a continuación.
Para tirar el árbol después del 20 de enero es necesario sacarlo al mismo tiempo que los residuos domésticos (bote de basura con tapa verde) para que el camión volquete pueda recoger el árbol. Si mide más de 2,5 m hay que cortarlo por la mitad.
Una vez recogidos por los agentes municipales, los abetos son triturados y utilizados para proteger las plantaciones en espacios verdes. “Utilizado en forma de mantillo extendido al pie de los macizos y en los caminos, permite reducir ecológicamente la aparición de hierba libre, limitar la evaporación del agua y favorecer el desarrollo de microorganismos subterráneos que mejoran vida en el suelo”, especifica la ciudad de París en su sitio web. En 2023, se recogieron y reciclaron 110.470 abetos.
Triturado in situ, el abeto no genera ninguna contaminación. No es posible hacer abono con él debido a la acidez del material triturado, pero se recomienda encarecidamente utilizarlo para evitar la proliferación de malas hierbas, como un herbicida natural.
