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Dinamarca, avergonzada por la contundente oferta de Donald Trump

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Evite sobrepujar, haga una oferta para dialogar y espere a que se apruebe. Esto se podría resumir en la actitud del gobierno danés, en un momento en el que su principal socio amenaza con anexarse ​​una parte de su territorio.

El 7 de enero, el futuro presidente estadounidense puso en duda los derechos de Dinamarca sobre Groenlandia. Consideró que la toma de esta isla por parte de Estados Unidos es una cuestión de seguridad nacional y que Dinamarca no debe oponerse a ello, de lo contrario será impuesta. “aranceles aduaneros muy altos”.

En Copenhague, las declaraciones de Donald Trump primero generaron asombro y luego vergüenza. Al final de la jornada del jueves 9 de enero, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, reunió a los líderes de los partidos representados en el parlamento. También fueron invitados los dos diputados de Groenlandia. Descartó el riesgo inminente de anexión forzosa y le tendió la mano. “Propusimos una conversación entre nosotros” dijo después de la reunión.

Evite la “guerra de palabras”

Esta reacción moderada pretende calmar los ánimos, mientras Dinamarca depende mucho de Estados Unidos, tanto para su economía como para su seguridad. “No tenemos ninguna ambición de intensificar una guerra de palabras con un presidente que accederá al Despacho Oval”explicó Løkke Rasmussen, ministro danés de Asuntos Exteriores.

Otros funcionarios europeos, en cambio, se encargaron de denunciar los comentarios de Donald Trump, lamentando su efecto desestabilizador. El canciller alemán Olaf Scholz expresó su “incomprensión” después de haber realizado entrevistas con varios funcionarios europeos.

“El principio de inviolabilidad de las fronteras se aplica a cualquier país, sea pequeño o muy poderoso, es un principio fundamental del derecho internacional”declaró a la prensa convocada para la ocasión, un gesto muy excepcional. Cada Estado debe respetar este principio, ya sea “ ubicado al este u oeste »prosiguió la Canciller, comparando así una hipotética invasión de Groenlandia por parte de Estados Unidos con una invasión muy real de Ucrania por parte de Rusia. La jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, por su parte, pidió “respeto a la integridad territorial y la soberanía de Groenlandia”.

56.000 habitantes en un vasto territorio

Groenlandia, cuatro veces más grande que Francia, tiene apenas 56.000 habitantes. Se convirtió en colonia danesa en 1814 y, desde 1953, en territorio autónomo adscrito a la corona danesa. Como tal, también es un territorio de ultramar de la Unión Europea.

Estados Unidos ya tiene allí una importante base militar. En particular, alberga una estación de radar utilizada para detectar amenazas de misiles y monitorear el espacio. Los americanos también están interesados ​​en las riquezas minerales subterráneas de este territorio.

Donald Trump ya había mencionado la idea de comprar Groenlandia durante su primer mandato en 2019. Se basó en precedentes, como la compra de Alaska a Rusia o Luisiana a Francia. En 1917, la corona danesa también había vendido territorio a los Estados Unidos: un grupo de islas de las Indias Occidentales que se convirtieron en las Islas Vírgenes. Pero cuando Donald Trump de repente hizo la propuesta, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, la llamó “absurdo”.

Hacia un referéndum de independencia

Hoy, mientras Donald Trump se prepara para comenzar un nuevo mandato, es más difícil dejar de lado esta idea. Sobre todo porque Copenhague mantiene relaciones complicadas con Groenlandia. Este territorio depende en gran medida del Estado danés, que le paga una subvención de 600 millones de euros al año. Pero los residentes podrían ser sensibles a las propuestas de inversión de otros países.

El Primer Ministro de Groenlandia, Mute Bourup Egede, es un abierto partidario de la independencia. Las elecciones tendrán lugar en abril de 2025 y, si gana, quiere organizar un referéndum sobre el tema. Ya ha dicho que su país no está en venta. Pero también dijo que Groenlandia es “abierto al público” y deseoso de fortalecer sus vínculos con los países vecinos, al mismo tiempo que desea ser tratado como iguales.

El día después de las declaraciones de Donald Trump, el gobierno local emitió un comunicado que decía: “El desarrollo y el futuro de Groenlandia los decide únicamente su gente”. El mudo Bourup Egede, por su parte, parece decidido a aprovechar el renovado interés suscitado en su territorio. Llamó a sus conciudadanos a “manténganse unidos, preparados para un nuevo futuro”.

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