En colaboración con Dell Technologies y la NASA, los estudiantes universitarios de ciencias de la computación de la Universidad de Nuevo México (UNM) recientemente sobresalieron en dos competencias importantes. Estos equipos ejemplifican el compromiso de la UNM de preparar a los estudiantes de Nuevo México para carreras de alta tecnología en informática avanzada y tecnología espacial.
Correcaminos: competición de supercomputadoras
La competencia de supercomputadoras de seis meses concluyó con un hackathon de 48 horas en Atlanta. De izquierda a derecha: los representantes de Dell Bryan Bianchi y Luis Marín, junto con el equipo UNM Roadrunner.
En noviembre, el equipo UNM Roadrunners compitió en la Competencia Internacional de Clústeres de Estudiantes en Supercomputing 2024 en Atlanta. El equipo tuvo la oportunidad de competir contra algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, obteniendo el segundo lugar entre los equipos estadounidenses y el octavo lugar en la general. El equipo Roadrunner encarna la historia de innovación y diversidad tecnológica de Nuevo México. Se enorgullece de incluir miembros de grupos históricamente subrepresentados en el campo de la supercomputación.
Modelo climático global producido durante el hackathon por Saskia Trefethen del equipo Roadrunner.
La asociación con la industria ha sido crucial para el éxito de los Roadrunners. Tuvieron la suerte de contar con el patrocinio de Dell Technologies, que proporcionó una supercomputadora para la competencia, lo que permitió al equipo trabajar con hardware de última generación. Penguin Solutions e Intersect360 Research también apoyaron al equipo este año, cubriendo todos los demás costos relacionados con la competencia, incluido el transporte a la conferencia, las comidas y otros gastos. Con estas sólidas asociaciones y su propia experiencia técnica, el equipo Roadrunner ya se está preparando para una nueva competición en 2025, con la ambición de mejorar su rendimiento.
El equipo fue supervisado por Troy Redfearn y Alexandra Knigge (Centro de Investigación Avanzada), así como por Nicholas Bacon (estudiante de doctorado en el Laboratorio de Sistemas Escalables). El profesor asociado Matthew Fricke supervisó al equipo.
Aunque varios miembros del equipo están cerca de terminar sus estudios, Fricke ya está empezando a formar un nuevo equipo para 2025.
Chili House: Concurso NASA MINDS – Centro Espacial Kennedy
En agosto pasado, el equipo de Chili House ganó el gran premio en el concurso NASA MINDS 2024 (MUREP Innovative New Designs for Space), marcando su segunda victoria en este prestigioso concurso desde 2021.
NASA MINDS desafía a los equipos universitarios a diseñar soluciones que respalden el programa Artemis de la NASA y la futura exploración espacial. El equipo de Chili House reutilizó una impresora 3D rota y abandonada para crear un robot jardinero capaz de cultivar de forma autónoma cultivos como los chiles verdes Hatch. Los sensores conectados a los cultivos permiten que el sistema sepa cuándo las plantas necesitan atención. La agricultura robótica, al igual que la solución desarrollada por los estudiantes, es esencial para misiones de larga duración en estaciones espaciales y para la colonización de la Luna, Marte y más allá. Los astronautas de la NASA han expresado preferencia por las comidas picantes, incluidos los chiles de Nuevo México, durante misiones prolongadas, porque la microgravedad embota el sentido del gusto. Esta iniciativa pretende no sólo mejorar el sabor de las comidas, sino también contribuir al bienestar psicológico de los astronautas proporcionándoles plantas vivas que establezcan una sensación de normalidad y una conexión con la Tierra.
Miembros del equipo de Chili House en el Centro Espacial Kennedy para aceptar el gran premio. (Derecha) De izquierda a derecha: Carter Frost, Trinity Griffus, Tatyana Falkowsky, Stefany Olivas, Andrei Popa-Simil y Shrey Poshiya.
En agosto, el equipo de Chili House viajó al Centro Espacial Kennedy para asistir a la ceremonia de premios MINDS de la NASA y presentar su trabajo a los ingenieros e investigadores de la NASA. Planean competir nuevamente en 2025, aprovechando sus éxitos anteriores y desarrollando aún más su sistema de jardinería robótica. El trabajo del equipo también destaca la importancia de la colonización espacial, que brinda oportunidades de exploración, avance tecnológico y soluciones a problemas globales como la seguridad alimentaria.
El equipo de Chili House está formado por varios departamentos de la UNM: Trinity Griffus (líder del equipo) y Louis Shogo Hight de Biología, Shrey Poshiya, Carter Frost y Andrei Popa-Simil de Ciencias de la Computación, Tatyana Falkowsky y Pascale Allred en bioquímica, y Sabrina. Falkowsky en economía. El equipo fue asesorado por el profesor y vicepresidente adjunto de investigación David Hanson, así como por el Dr. Fricke en el Laboratorio de Computación Biológica Moses, con el apoyo de Laura Green (Biología) y Jacob “Pepperseed” Torres (Moon Chile Challenge).
“Los estudiantes con los que trabajo en la UNM me sorprenden continuamente con su dedicación, perseverancia y talento. Son la fuerza impulsora detrás del brillante futuro de Nuevo México en alta tecnología; estoy muy orgulloso de los estudiantes de ambos equipos”, dijo Fricke.
Los equipos Roadrunner y Chili House ejemplifican la importancia de la experiencia práctica en la preparación de los estudiantes para carreras en tecnología avanzada. Encarnan la misión de la UNM de preparar a sus graduados para abordar desafíos globales críticos. Ya sea avanzando en aplicaciones de supercomputación en ciencia climática, desarrollo de vacunas o inteligencia artificial, o diseñando tecnologías sustentables para la exploración espacial, estos estudiantes continúan superando los límites de la innovación y la excelencia.
Es fascinante ver cómo iniciativas como las de los equipos Roadrunner y Chili House no sólo capacitan a los estudiantes, sino que también dan forma a una cultura de innovación sostenible. Al integrar problemas reales relacionados con el espacio y la tecnología, mejoran su formación y responden a los desafíos contemporáneos. Sin duda, esta sinergia entre educación e industria podría transformar nuestra manera de abordar los grandes desafíos del mañana, en particular los relacionados con la exploración espacial y la seguridad alimentaria. Estamos en la cúspide de posibilidades tecnológicas que podrían redefinir nuestra existencia.
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