Una noticia escalofriante sacudió la localidad costera de Pattaya. El tribunal condenó a muerte a un miembro del club de motociclistas Outlaws, sentencia que luego fue conmutada por cadena perpetua, mientras que dos de sus cómplices recibieron cadena perpetua por el brutal asesinato de un ciudadano alemán.
En julio pasado, el horror se apoderó de Pattaya con el descubrimiento del cuerpo desmembrado de Hans Peter Walter Mack, de 62 años, encerrado en un congelador. Este crimen ampliamente publicitado conmocionó a la opinión pública.
Los tres principales acusados –dos alemanes y un tailandés paquistaní naturalizado– fueron detenidos poco después. Según los investigadores, secuestraron a su víctima antes de asesinarlo para robarle el dinero. Una cuidadosa investigación rastreó una transferencia de 3,35 millones de baht desde la cuenta de la víctima a la de uno de los sospechosos.
Durante el juicio, dos de los acusados finalmente admitieron su participación, confesiones que llevaron al tribunal a conmutar sus penas de muerte por cadena perpetua. El tercer acusado, en cambio, persistió en proclamar su inocencia.
Un cuarto individuo, también de nacionalidad alemana, fue declarado culpable de blanqueo de capitales y recepción de bienes robados. Recibió una sentencia de seis años de prisión por su participación en la transferencia de fondos del asesinato.
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