Tres personas murieron en accidentes de tráfico en Poya y Pouébo la tarde del sábado 21 de diciembre. Una niña se encuentra entre las víctimas. Ella salió despedida del vehículo.
Un niño de 4 años falleció en un accidente de tráfico en Poya la tarde del sábado 21 de diciembre. Ella salió despedida del auto en el que se encontraba. Su prima, que conducía, perdió el control en una curva en el Col de Népoui. La carretera estaba mojada y el coche se deslizó hacia la cuneta tras un trompo.
Herida en la cabeza y con dificultad respiratoria, la pequeña fue trasladada por los bomberos de Koné al centro hospitalario Nord, donde falleció a las 20.30 horas.
A bordo del vehículo iban una pareja, sus dos hijos y su sobrina. Durante el control realizado por la policía al conductor no se detectaron signos de alcohol. Sin embargo, se están llevando a cabo investigaciones forenses, en particular un peritaje toxicológico, indica el fiscal Yves Dupas.
“El vehículo no estaba equipado con un asiento elevado, el niño probablemente no estaba protegido por el cinturón de seguridad.“, explica.
Dos jóvenes caminando
Más tarde, a las 23 horas, en Pouébo, dos jóvenes de Balade fueron asesinados cuando salían de la carretera. El conductor, de 26 años, perdió el control de su vehículo justo antes de un puente. El coche acabó tres metros debajo de la carretera, sobre el techo. Los servicios de emergencia encontraron muertos al conductor y a su acompañante, de 21 años. Un segundo pasajero, de 24 años, gravemente herido, fue trasladado al centro hospitalario de Koné.
Se están llevando a cabo investigaciones forenses, incluida una evaluación toxicológica del conductor fallecido, informa el fiscal.
La noche anterior, se registraron dos muertes más. En Sarraméa, un hombre de 48 años perdió el control de su vehículo en la RP5 chocando contra un árbol. En Dumbéa, un hombre de unos treinta años fue atropellado en la autopista por un automovilista que se dio a la fuga. Se está llevando a cabo una investigación por homicidio involuntario con atropello y fuga.
Incluyendo estas cinco muertes, 30 personas han perdido la vida en las carreteras de Nueva Caledonia desde principios de año, según cifras del gobierno.
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