Los investigadores han descubierto una enorme cola de gas que se escapa de un exoplaneta cercano a la Tierra. Esta fascinante estructura, que mide casi 560.000 kilómetros, equivale a 44 veces el diámetro de nuestro planeta. Impulsada por intensos vientos estelares, esta cola actúa como una verdadera “manga de viento estelar”, brindando a los científicos una oportunidad única de observar estos fenómenos cósmicos.
Una cola espectacular alrededor de WASP-69 b
WASP-69 b es un exoplaneta gaseoso del tamaño de Júpiter, pero con una masa un tercio menor. Orbita una estrella situada a 160 años luz de la Tierra y completa una revolución a su alrededor en sólo 3,9 días. Esta proximidad a su estrella genera temperaturas extremas, favoreciendo la pérdida de gas de su atmósfera.
Por ejemplo, los científicos han observado que el planeta pierde alrededor de 200.000 toneladas de gas, principalmente helio e hidrógeno, cada segundo. Este fenómeno de pérdida de materia podría representar hasta siete veces la masa de la Tierra a lo largo de miles de millones de años.
Desde su descubrimiento en 2014, los investigadores han especulado sobre la presencia de una cola de gas similar a un cometa, formada por elementos que escapan de la atmósfera del planeta. Sin embargo, esta hipótesis nunca fue confirmada hasta hace poco. Un estudio realizado a partir de datos recogidos por el Observatorio WM Keck, situado en Hawaii, ha permitido finalmente demostrar la existencia de una estela de gas de 560.000 kilómetros de longitud, es decir, aproximadamente 44 veces la anchura de la Tierra. Los resultados del estudio se publican en La revista astrofísica.
Los vientos estelares en el origen del fenómeno
Los investigadores descubrieron que esta cola se forma gracias al viento estelar, una corriente de partículas cargadas emitidas continuamente por la estrella del planeta. Este viento empuja los gases que se escapan de la atmósfera de WASP-69 b, creando una estela en forma de cola que se extiende muy por detrás del planeta.
Los científicos explican que si los vientos disminuyeran o desaparecieran, la cola también se evaporaría y los gases que se escapan del planeta tomarían una forma más esférica y simétrica.
« Con vientos estelares más débiles, la atmósfera del exoplaneta seguiría disipándose, pero sin formar cola “, dice Dakotah Tyler, estudiante de doctorado en astrofísica en UCLA y autora principal del estudio. Por otro lado, cuando estos vientos son poderosos, esculpen la atmósfera que huye en una cola larga y dramática.
Una ventana a la evolución de los exoplanetas
El descubrimiento de esta cola ofrece nuevas perspectivas sobre la evolución de los gigantes gaseosos. En particular, permite estudiar cómo estos planetas pierden su atmósfera con el tiempo y explorar las complejas interacciones entre los vientos estelares y los gases que se escapan de ellos. Al medir la cola como una “manga de viento estelar”, los astrónomos pueden evaluar las propiedades de los vientos de estrellas distantes.
« Estas colas parecidas a cometas son particularmente útiles porque se forman cuando la atmósfera de un planeta interactúa con el viento estelar. “, explica Erik Petigura, profesor de física y astronomía en UCLA y coautor del estudio. Estas observaciones proporcionan una comprensión más profunda de las fuerzas que actúan en estos entornos extremos.
Además, el telescopio James-Webb descubre un “mundo de vapor” en un exoplaneta único.
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