Juba Touabi, Media365, publicado el miércoles 25 de diciembre de 2024 a las 19:22 horas.
El Manchester City atraviesa una crisis inusual, lejos de sus estándares de dominación.
Con nueve derrotas en sus últimos doce partidos en todas las competiciones y un preocupante séptimo puesto en la Premier League, el equipo de Pep Guardiola se enfrenta a turbulencias inesperadas. A medida que se acerca la intensa temporada navideña, el técnico catalán intenta reunir a sus tropas mientras defiende a Erling Haaland, su delantero estrella. Bajo presión, Haaland, brillante la temporada pasada, lucha por mantener el mismo ritmo este año. Guarda silencio en cinco de sus últimas seis apariciones, lo que genera críticas. Guardiola, fiel a su estilo protector, rechaza sin embargo la idea de señalar con el dedo a un jugador concreto: “El problema viene de todos nosotros, y no de un solo jugador, según él, es sobre todo una cuestión”. de optimizar los esquemas ofensivos para explotar mejor el potencial del noruego, visto siempre como piedra angular del proyecto.
El Manchester City no puede sacar la cabeza del agua
Con un retraso de 12 puntos respecto al líder Liverpool en la liga, las estadísticas reflejan el alcance de las dificultades actuales. En la liga de Campeones, donde habitualmente brillaba el Manchester City, las actuaciones también decepcionaron. Las ausencias prolongadas de jugadores clave empeoran la situación, privando al equipo de estabilidad en momentos críticos. Ante esta adversidad, Guardiola, habitualmente sereno, deja entrever un atisbo de molestia, una novedad en su carrera marcada por una búsqueda constante de la perfección. A pesar de todo, sigue siendo decididamente optimista.
Para escapar de esta espiral negativa, se están considerando varias vías. El mercado de fichajes de invierno podría ayudar a atraer refuerzos, mientras que Guardiola también podría recurrir a la piscina del centro de formación para integrar jóvenes talentos. También están sobre la mesa otros ajustes, incluida una mayor responsabilidad de los jugadores. El periodo vacacional, tradicionalmente difícil en Inglaterra con una serie de encuentros, promete ser decisivo para los Citizens. La presión de la afición, acostumbrada a ver dominar a su equipo, corre el riesgo de convertirse en un factor adicional a gestionar si los resultados no mejoran rápidamente.